Los vecinos del barrio Rocamora, en la Chacra 71, deben permanecer alertas, sobre todo en horario nocturno, porque las instalaciones del Club Huracán, que están abandonadas y se encuentran abiertas, se convierten en el escondite perfecto para los delincuentes. Cansados de la situación, pidieron a las autoridades de la entidad que se acerquen a escuchar sus inquietudes y a proponer soluciones al tema que les preocupa.
Omar Vallejos comentó que es una constante que a la cancha ingresen personas desconocidas “que vigilan las casas de los frentistas. Esa es una preocupación porque buena parte del barrio está habitada por gente de edad, que se siente desprotegida. Necesitamos que cancelen los ingresos para que esto no suceda. Se hicieron notas, pero no tuvimos respuestas”. Quien fue jugador desde las inferiores, añadió que el club está en el corazón del barrio y que “todos queremos que mejore porque tiene una linda cancha, un lindo espacio. Los vecinos quieren ayudar para que la situación se revierta, pero para eso es necesario trabajar en conjunto. No hay actividad porque a la dirigencia no le interesa. Este es un club social, deportivo, tiene que estar abarrotado de gente, pero le ganó el abandono”.
Sostuvo que se involucró porque “veo deficiencia en la parte organizativa. No comparto el deterioro de la cancha. Si quieren ayuda, que se acerquen, pidan, convoquen”. Entiende que Huracán es una cosa, “nosotros somos pasajeros, por lo que no buscamos confrontar. La idea es ayudarnos entre todos para que el club crezca, que sea como antes, algo lindo, deportivo, donde la sociedad se involucraba. Me parte el alma. Tenemos un grupo de exjugadores que observa la misma problemática. Creemos que están errando en el camino”.

Roberto González manifestó: “Sabemos que existe una comisión directiva pero no vemos que se acerque a dialogar. Después de mucha insistencia, limpiaron las malezas, que ya crecieron. Además hay una pileta con aguas servidas. Queremos seguridad, ante todo. Esto es un escondite para gente desconocida, que viene a mirar, a robar. Queremos que se ponga un portón para que no se pueda ingresar y pedimos movimiento policial porque esto está cada vez peor”.
Según Guillermo Sandoval, que vive en la zona desde hace mas de 40 años, “todos los vecinos estamos preocupados porque la inseguridad es total. Hay una persona que dice ser cuidador, pero parece que no es tan así. Todo contribuye al malestar. Es un predio abandonado que no tiene actividades. Debajo de las tribunas se juntan los delincuentes y espían las casas para poder ingresar a robar durante la madrugada. Se suben a las tribunas y, en la oscuridad, se ponen a espiar a los negocios que están sobre la avenida Almirante Brown. Antes había partidos de fútbol de veteranos por la noche, tampoco los chicos vienen a entrenar. Los domingos no hay nada. Esto es una vergüenza, una situación que nos indigna”.

Buscar la manera
Luis Wlodeck es vecino y socio. En representación de varios de ellos aseguró que “estamos intentando recuperar al club y ponerlo donde se merece. Hicimos presentaciones y estamos esperando respuestas. El 6 de octubre se harán las elecciones y trataremos de participar de la vida institucional del club a través de los comicios”.
Añadió que “tenemos la impresión que esto es para poder perpetuarse al frente de la comisión y del club, que en 2031 cumplirá 100 años. Llevan nueve años al frente y desde ese momento las instalaciones se deterioraron. Es una pena porque siempre se caracterizó por una vida social muy activa, hoy tiene las divisiones inferiores diezmadas, con chicos que no pueden pagar la cuota”.
“Pedimos que la comisión se haga cargo de lo que está pasando y que, de una vez por todas, se digne a limpiar este lugar, refaccionarlo, ponerlo en condiciones, y no que sea refugio de gente de dudosa procedencia”, acotó.









