La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) desmintieron las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre una supuesta relación entre el uso de paracetamol en embarazadas y el autismo en los hijos. Ambas entidades sanitarias afirmaron que no existe evidencia científica que respalde esa vinculación y recomendaron mantener las prácticas médicas basadas en estudios rigurosos.
Trump sugirió limitar el consumo de Tylenol —marca comercial de paracetamol en Estados Unidos— durante el embarazo y en recién nacidos, señalando que este medicamento podría causar autismo. Sin embargo, estos planteos fueron refutados categóricamente por las autoridades sanitarias, que consideran al paracetamol un fármaco seguro y ampliamente utilizado.
Tarik Jasarevic, portavoz de la OMS, explicó que “ha habido algunos estudios observacionales que han sugerido una posible asociación entre la exposición prenatal al acetaminofén o paracetamol y el autismo, pero la evidencia sigue siendo inconsistente”. Además, señaló que investigaciones posteriores no han confirmado dicho vínculo y que, de existir uno fuerte, habría sido detectado en múltiples estudios.
El portavoz también se refirió a la sugerencia de Trump sobre postergar el calendario de vacunación infantil, proponiendo administrar las dosis en cuatro o cinco etapas en lugar de aplicarlas de manera simultánea. Jasarevic enfatizó que la OMS basa sus recomendaciones en la ciencia y que el programa de vacunación vigente ha salvado al menos 154 millones de vidas durante los últimos 50 años.
Asimismo, subrayó la importancia del esquema de vacunación para proteger la salud individual y colectiva, porque atrasar o modificar la calendaria sin fundamento científico “aumenta el riesgo de infección no solo para el niño, sino también para la comunidad en general”.
En ese sentido, precisó que los grupos más vulnerables son los lactantes demasiado pequeños para recibir vacunas y las personas con sistemas inmunitarios debilitados o enfermedades crónicas, quienes dependen de la inmunidad colectiva para evitar contagios.
Por su parte, la EMA aclaró que en la Unión Europea el uso de paracetamol en el embarazo no ha sufrido modificaciones y que las autoridades sanitarias continúan recomendando su uso para tratar dolor o fiebre en mujeres gestantes. Steffen Thirstrup, director médico de la EMA, afirmó que no existen pruebas sobre riesgos de malformaciones fetales relacionadas con el consumo del fármaco.
La agencia europea recordó que, tras revisar numerosos estudios, los resultados sobre efectos neurodesarrollativos fueron considerados inconclusos en 2019 y no permiten establecer vinculación con trastornos neurológicos. Por ello, reafirmó que el paracetamol puede usarse durante el embarazo “en la dosis más baja posible, durante el menor tiempo y con la menor frecuencia”.
Finalmente, la EMA recomendó que las mujeres embarazadas consulten siempre con un profesional de la salud si tienen dudas sobre el uso de medicamentos en la gestación. Además, garantizó que continuará vigilando la seguridad de estos fármacos y tomará las medidas regulatorias necesarias ante la aparición de nuevos datos.
Fuente: Clarín









