En un panorama económico dominado por la volatilidad y la incertidumbre, la búsqueda de herramientas para resguardar los ahorros se convirtió en una prioridad para los argentinos. En este contexto, al menos por estas horas, el plazo fijo emerge como la alternativa de inversión más elegida, destacándose por su seguridad y previsibilidad. Así lo confirmó el gerente divisional de Banco Macro, Diego Robolini, en una entrevista con PRIMERA EDICIÓN, en la que detalló las ventajas de este instrumento y el creciente interés de los ahorristas.
Según indicó, la principal fortaleza del plazo fijo es la seguridad. “El capital que se invierte está garantizado”, aseguró, una característica crucial para quienes buscan proteger su dinero de las fluctuaciones del mercado. La entidad bancaria ofrece diversas opciones a sus clientes, con la posibilidad de constituir plazos fijos tanto en pesos como en dólares. El proceso es accesible y se puede realizar tanto de forma presencial en sucursales como a través de los canales digitales, con un plazo mínimo de 30 días. Al vencimiento, el cliente recibe su capital inicial junto con los intereses generados.
La elección de esta herramienta se refleja en los números. “Cerca de 230 mil clientes del banco tienen plazos fijos en todo el país”, reveló Robolini, y añadió: “La mayoría de estos clientes posee dos certificados de plazo fijo, lo que eleva el total de instrumentos activos a aproximadamente 460 mil”. Estas cifras demuestran una clara preferencia de los ahorristas por esta opción, que les permite diversificar su capital y obtener una renta previsible.
El directivo también destacó que la entidad notó un aumento en la demanda de apertura de cuentas por parte de los jóvenes, un segmento que se está incorporando activamente al mundo de las finanzas. La facilidad que brindan las herramientas digitales, como la apertura de cuenta cien por ciento online, fue clave para que las nuevas generaciones accedan a servicios bancarios de manera rápida y sin complicaciones.
Invertir en contexto de incertidumbre
Mientras el plazo fijo se consolida como opción bancaria, el panorama del mercado de capitales presenta un escenario complejo y desafiante. Al respecto, Federico Pipet, especialista en el rubro, brindó a este Diario un análisis sobre las alternativas de inversión en un momento de alta volatilidad.
“Hoy (por ayer) el riesgo país está en más de 1.550 puntos”, advirtió Pipet, a esto se suma que el “Banco Central vendió hoy casi 700 millones de dólares”, lo que refleja una presión compradora de la divisa estadounidense. El especialista señaló que, en este contexto, “los ahorristas se enfrentan a un dilema: plazo fijo o dólar”.
En ese sentido, explicó: “Un plazo fijo hoy está dando una tasa de un 5% mensual en su promedio”. Ante esto, según Pipet, el ahorrista debe evaluar si le conviene más la tasa fija o si el dólar podría subir por encima de esa ganancia. “Si el dólar está a $1.500 y dentro de un mes está a $1.575 o menos, me conviene hacer un plazo fijo, porque me va a dar ese 5% adicional”, detalló.
Sin embargo, “si yo creo que dentro de un mes el dólar va a estar por encima de $1.575, ahí me conviene comprar dólares”. Para el especialista, la decisión final refiere a la tranquilidad del inversor. “Lo que uno tiene que pensar es en qué me hace o qué me permite dormir más tranquilo”, enfatizó. La incertidumbre política y económica, especialmente con la proximidad de las elecciones, influye directamente en las expectativas del mercado, donde se prevé que el dólar estará más alto.
Ahorristas sofisticados
Para aquellos que tienen la posibilidad de acceder a instrumentos más complejos a través de una sociedad de bolsa, las opciones se amplían. Pipet mencionó “la posibilidad de invertir en fondos comunes de inversión, tanto en dólares como en pesos, y en Certificados de Depósito Argentinos (CEDEAR), que permiten comprar acciones de empresas que cotizan en el exterior, como Apple, Microsoft o Facebook, utilizando pesos”.
“Si el dólar sube, ese CEDEAR sube”, explicó Pipet, pero advirtió sobre el riesgo asociado: “Si esa acción baja, ese CEDEAR también va a bajar”.
Finalmente, el especialista destacó un instrumento que considera práctico en este momento: los bonos en pesos que ajustan por inflación. Aunque se encuentran a precios muy bajos, ofrecen “una tasa real altísima”, que en algunos casos puede llegar a ser “inflación más 25, 28, o más 30%”. Pipet señaló que el riesgo de no cobrarlos es bajo, ya que el Gobierno puede emitir pesos para pagarlos, lo que los convierte en una opción interesante para los inversores con un perfil más tolerante al riesgo.





