La Universidad Nacional de Misiones (UNaM) atraviesa una crítica situación por la paralización de varias obras clave, debido a la falta de financiamiento nacional. De la misma forma, alertan la falta de actualización salarial y la baja inversión en educación pública, lo cual afecta gravemente tanto la infraestructura como el desarrollo científico. En la provincia, muchos investigadores comienzan a migrar a otras provincias o buscan irse del país.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN el secretario general de Ciencia y Tecnología de la UNaM, Pedro Zapata, explicó que la obra del edificio de doble dependencia UNaM/CONICET, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “está paralizada desde que asumió el gobierno del actual presidente”, y denunció que “la guita está y la tienen en una caja fingiendo equilibrio fiscal”. Resaltó que este proyecto es fundamental pues albergaría a más de 100 investigadores que actualmente carecen de condiciones adecuadas para trabajar.
Pero no es la única construcción sin avance. Tal como publicó en su momento este Diario, tres obras importantes en Posadas, Oberá y Puerto Iguazú -que incluyen auditorios, aulas y centros de investigación- fueron neutralizadas desde fines del 2023 con apenas un 20% de avance, a la espera de la llegada de fondos nacionales que no se concretan.
Esta crisis de infraestructuras impacta directamente en la calidad educativa y en la retención del capital humano: jóvenes investigadores y profesionales están viendo frustradas sus oportunidades. Zapata advirtió que “tenemos ahí una buena tanda de investigadores que se están por ir a Europa, se están por ir a otro lado a través de becas y ya piensan en quedarse”, señalando que la dilación en su inserción oficial implica la pérdida de entre 8 y 10 años de formación y experiencia, un retroceso tanto para la UNaM como para el sistema científico nacional.
El desfinanciamiento no solo limita obras y recursos, sino que también refleja una problemática política e ideológica mayor. Para Zapata, “no tenemos una planificación ni un pedido concreto, no hay rumbo a dónde el gobierno quiera avanzar”, y acusó que el actual gobierno busca “privatizar todo, cerrar las universidades y destruir los hospitales públicos”. Explica que esta es una lucha no solo por recursos, sino para evitar “apagar las luces de un país futuro” negando el derecho a la educación pública.

En todo el país
Frente a esta compleja situación, la comunidad universitaria realizó una movilización a nivel nacional para defender el presupuesto para las universidades públicas. La convocatoria buscó visibilizar el desfinanciamiento y reclamar inversiones que permitan garantizar la educación superior pública y el desarrollo científico como ejes estratégicos para el país.
La realidad de la UNaM se inserta en un contexto más amplio, donde miles de obras públicas en todo el país están paralizadas o neutralizadas, impactando en la infraestructura y el desarrollo regional. En Misiones, además de las obras en la universidad, se espera la concreción de proyectos pendientes en diferentes localidades y facultades, que requieren financiamiento para avanzar con remodelaciones y ampliaciones.
Pese a la falta de recursos nacionales, la UNaM procura sostener mínimamente sus actividades, priorizando becas y proyectos de investigación con fondos propios. Sin embargo, Zapata sostuvo que “no puede ser que se denigre esa actividad por un falso equilibrio fiscal”, y exigió una revisión profunda de las políticas públicas para evitar el deterioro del sistema universitario.
La paralización de la obra financiada por el BID refleja además la importancia de un manejo transparente y responsable de los fondos externos, que chocan contra la falta de voluntad política para ejecutarlos. En este sentido, Zapata enfatizó que el dinero “viene para un fin y no se está gastando en el fin que corresponde”, lo que retrasa aún más el desarrollo científico y educativo que la región necesita.








