El Gobierno nacional modificó el plan de vacunación contra la fiebre aftosa para 2026, lo que generará un ahorro estimado de 25 millones de dólares para los productores ganaderos. La Resolución 711/2025 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), publicada la semana pasada en Boletín Oficial, establece que a partir de la segunda campaña de vacunación de 2026 se dejarán de inocular vaquillonas, novillos, novillitos y toritos, mientras que los establecimientos de engorde a corral quedarán exceptuados de la primera campaña.
Esta medida permitirá una reducción de 16 millones en dosis de la vacuna contra la aftosa, con un ahorro estimado para el sector productivo de 25 millones de dólares.
Cabe destacar que esta modificación no compromete la sanidad animal, ya que luego de la segunda dosis la inmunidad está garantizada por un período de un año, y que se encuentra alineada con los estándares de otros países del Cono sur que actualmente utilizan esta vacuna, como Uruguay y Paraguay.
En diálogo con FM de las Misiones, Horacio Angélico, responsable del Programa Nacional de Fiebre Aftosa del SENASA, explicó que la resolución oficializada la semana pasada es el resultado de un trabajo de varios años. “En la Argentina se viene vacunando todos los años con dos campañas totales; la segunda incluye todo menos vacas y toros. Eso permitió que no haya focos. A esto se suma la vigilancia activa que realiza SENASA con muestreos serológicos en todo el país, los cuales confirman que el virus no circula”, indicó.
Sobre el impacto de la medida, Angélico subrayó que “esto ameritaba hacer un cambio en el sistema de vacunación, como el que estamos proponiendo para el año 2026”, y aclaró que la modificación no compromete la sanidad animal. “Ya lo vienen aplicando países de la región que todavía vacunan. En otros casos, como Brasil y Bolivia, directamente retiraron la vacunación total y obtuvieron el reconocimiento de la Organización Mundial de Sanidad Animal con un estatus superior”, señaló.
Además, el responsable del SENASA remarcó que “esto tiene un sustento técnico científico como para dar ese salto y disminuir la vacunación, a partir del año que viene, en las categorías que tienen mayor inmunidad por la cantidad de vacuna que vienen recibiendo todos estos años”.
Respecto a las consecuencias para los productores, Angélico sostuvo que la medida traerá alivio económico. “Para el ganadero va a ser un ahorro importante, porque en la primera campaña del año que viene se vacunarán todos los bovinos y bubalinos; y en la segunda, que será en junio, solo terneros y terneras que recibieron la dosis anterior. A partir de entonces, vacas y toros dejarán de vacunarse en esa segunda campaña, y se sumarán categorías como novillos y vaquillonas”, precisó.
“Las campañas del SENASA se van a seguir haciendo. Esto no es para que el país deje de vacunar. Es una adecuación de las campañas de vacunación simplemente”, remarcó Angélico.
“Para los ganaderos va a traer un ahorro importante; ya que significa un montón de animales menos que va a vacunar en la segunda campaña del año que viene; y además tiene otras ventajas porque cambian las fechas; y la segunda campaña ya no va a caer en el mes de de octubre donde hay mucha vaca que está con cría chica y eso se va a evitar”, describió.
Además, añadió que “ahora, en la segunda campaña del año 2026 el productor va a tener que llevar a la manga solo a la vaca con cría; o sea si ya está destetado, y no va a tener la obligación de llevar los novillos, las vaquillonas y los novillos que hoy sí lo está haciendo”.




