En Misiones, ocho de cada diez jubilaciones pagadas por la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSeS) se obtuvieron a través de moratorias.
Según los datos oficiales de la Subsecretaría de Seguridad Social correspondientes a mayo de 2025, el 83,2% de las prestaciones que hoy perciben los adultos mayores en la provincia fueron alcanzadas por planes de regularización de aportes. Este porcentaje ubica a la jurisdicción en el tercer lugar del ranking nacional, detrás de Formosa y Chaco, y la convierte en una de las más dependientes de este mecanismo previsional. La situación no es nueva.
Los distritos con menor proporción son La Rioja, Catamarca, Jujuy y la Ciudad de Buenos Aires. En estas jurisdicciones, menos de la mitad de las jubilaciones fueron otorgadas por moratoria, aunque los porcentajes continúan siendo altos en comparación con otros países de la región.
Desde 2005, año en que se implementaron los primeros esquemas de regularización, los planes previsionales se consolidaron como una herramienta fundamental para garantizar el acceso a la jubilación de amplios sectores de la población.
En el caso misionero, se tradujo en 97.116 beneficios vigentes, cifra que refleja tanto la falta de aportes acumulados en la vida laboral como la posibilidad de corregir esas falencias mediante un sistema de inclusión.
Pensiones
El fenómeno no se limita únicamente a las jubilaciones. Entre las pensiones por fallecimiento, el 44,1% de los pagos que realiza la ANSeS en Misiones también requirió moratoria. Esto significa que, además de quienes llegaron a la edad de retiro sin 30 años de contribuciones, los familiares de personas fallecidas también accedieron a un ingreso mensual a través de la regularización de deudas previsionales.
Impacto en la economía
El impacto de este dinero sobre la economía provincial es innegable. Cada mes, los haberes que llegan a los jubilados y pensionados se destinan principalmente a gastos cotidianos en supermercados, farmacias, ferias y pequeños comercios. En localidades del interior, donde la actividad privada es limitada, estas transferencias cumplen un papel decisivo para sostener la circulación de recursos y dinamizar las economías locales.
En términos de distribución por género, las mujeres fueron las principales beneficiarias. Según el informe, en todo el país la incidencia de moratorias es mucho más elevada en la población femenina, y Misiones no escapa a esa lógica.
Se trata de un sector que, históricamente, tuvo mayores dificultades para insertarse en el mercado laboral formal, debido al peso de las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas. El análisis también expone una diferencia considerable entre los haberes percibidos por quienes accedieron con moratoria y quienes completaron aportes.
Mientras que en mayo el ingreso promedio con moratoria fue de $367.005, las jubilaciones sin planes de pago alcanzaron los $891.447. De todos modos, el monto medio general, con la inclusión del bono, fue de $512.889. En este punto, cabe destacar que, aunque el haber inicial suele ser más bajo y se descuentan cuotas por la cancelación de aportes, los beneficiarios logran acceder a un ingreso estable y previsible.
El 88% de quienes perciben el haber mínimo más bono en todo el país ingresaron al sistema por moratorias. Este indicador da cuenta de que los planes previsionales, lejos de constituir una excepción, se transformaron en la vía principal de acceso al beneficio en los últimos años.
En Misiones, las transferencias previsionales representan, además, un elemento central para sostener el consumo interno. Cada jubilado o pensionado destina su haber al pago de servicios, medicamentos, indumentaria o alimentos, lo que impacta directamente en los negocios de cercanía.





