La Jefatura de Policía de Misiones mantiene un operativo intensivo y multinivel para dar con el paradero de Marcelo Da Rosa (52 años), el hombre acusado de femicidio tras asesinar a balazos a su expareja, Marisa Cuñha (47), en San Vicente. El crimen ocurrió ayer en una vivienda de la calle Pasteur 130, y desde entonces Da Rosa escapó a bordo de un Toyota Corolla gris, desencadenando una búsqueda a gran escala que ya incluye cooperación con fuerzas de Brasil y Paraguay.
Desde el jueves, efectivos de la Unidad Regional VIII y todas las unidades regionales de Misiones realizan rastrillajes coordinados en colonias, costas del río Uruguay y Paraná, caminos vecinales y zonas de difícil acceso. Se han montado controles en rutas nacionales y provinciales, especialmente en puntos limítrofes, y se emplean drones para cubrir áreas boscosas y ribereñas.
Las autoridades destacan que Da Rosa tiene familiares en Brasil, lo que eleva las sospechas de que intenta cruzar la frontera por pasos no oficiales. Por ello, se activaron alertas rojas y se reforzaron los dispositivos de control en pasos clandestinos y embarcaciones ribereñas.
Discutió por la división de bienes
Un administrador de alquileres de San Vicente, de 52 años y a solo diez días de cumplir 53, es el hombre buscado desde ayer por investigadores de la Unidad Regional VIII tras el ataque y muerte a balazos que habría protagonizado y del que resultó víctima fatal su expareja, Marisa Cuñha de 47.

Marcelo Da Rosa, de acuerdo a los informes de la fuerza de seguridad provincial, es el sospechoso de cometer el femicidio, el quinto en Misiones en los poco más de ocho meses transcurridos de 2025.
Respecto a Marisa Cuñha, hallada sin vida tras una discusión con el mencionado como autor del crimen, residía en la vivienda de la calle Pasteur 130 donde fue baleada alrededor de las 13 de ayer.
De acuerdo a fuentes contactadas por PRIMERA EDICIÓN, Da Rosa escapó a bordo de un Toyota Corolla gris y logró huir del lugar rápidamente sin que se pudiera establecer un lugar hacia donde intentar ubicarlo.
De todas maneras, se establecieron alertas con la imagen de Da Rosa y montaron operativos cerrojos en rutas nacionales y provinciales de la región, principalmente, para que no alcance a cruzar la frontera con Brasil o Paraguay.
Otras voces consultadas por este Diario remarcaron que Da Rosa y Cuñha estaban en proceso de divorcio y las discusiones de los últimos días giraban en torno a la división de bienes.
El femicidio ocurrió en uno de los pisos- de un edificio de tres- de la calle Pasteur a corta distancia del hospital zonal sanvicentino. Como oficio o modo de ingreso para vivir, trascendió que Da Rosa tendría varias propiedades, locales comerciales y viviendas en alquiler, que administraría.
Vecinos oyeron varias detonaciones y cuando intentaron observar y percatarse de lo que sucedía en la vivienda mencionada, solo alcanzaron ver a Da Rosa subirse al Toyota y emprender la huida.
De los pocos datos que se lograron determinar respecto a la mecánica del crimen, se adelantó que el médico legista de la UR-VIII confirmó heridas compatibles con impactos de bala.
De todas maneras la precisión se obtendrá de la autopsia que ordenó para el cuerpo de Marisa Cuñha el juez de Instrucción de San Vicente, Gerardo Casco. Este procedimiento se realizaría esta mañana en la Morgue Judicial de Posadas.
Respecto a los testigos, algunos coincidieron en el relato a la policía respecto a que Da Rosa tendría muchos familiares en suelo brasileño, por lo que la única sospecha clara al respecto de la dirección que tomó apunta hacia el río Uruguay y sus localidades con pasos clandestinos.
El caso previo
Con el femicidio de Cuñha, ya son cinco, en los poco más de ocho meses transcurridos de este año, los homicidios calificados previstos en el artículo 80, incisos 1 y 11 del Código Penal Argentino y que prevé prisión perpetua como única pena para el que “matare a cónyuge, excónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia (…) a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”.
El anterior se registró en San José durante la noche del 6 de julio y la víctima fue Claudia Soledad Batista, de 28 años, quien murió tras un ataque de 23 machetazos frente a dos de sus hijos menores. El presunto autor fue imputado y aguarda el proceso en la Unidad Penal VI de Encausados y Procesados de Posadas.
El femicidio se concretó en una vivienda del barrio La Tablada y pese a las denuncias en la Comisaría de la Mujer previas que Bastista hizo en contra de su expareja. El día anterior a su asesinato, Claudia le contó a su hermana que él “la había agarrado del cuello”. También se supo que en sus redes sociales, uno de sus últimos posteos fue “por qué, por qué a mí”.
También uno de los últimos mensajes a su amiga por Whatsapp fue: “Hay cosas que me matan en vida. Solo Dios sabe el dolor que siento”. La víctima era madre de cinco niños, dos de los cuales eran en común con el ahora imputado.





