Las recientes medidas del ministro de Economía, Luis Caputo, modificaron la dinámica del mercado financiero y cambiaron las preferencias de los inversores en el país. Con la venta de dólares del Tesoro, la suba de encajes bancarios y el desarme de instrumentos como las LEFI, se logró frenar la escalada cambiaria, aunque a costa de encarecer el crédito y generar un freno en la actividad económica.
El sistema financiero muestra un marcado contraste entre préstamos y depósitos. Los créditos al sector privado alcanzan los u$s76.701 millones, con un 76,3% en pesos y un 23,7% en dólares. Mientras que los préstamos en moneda local superan tasas anuales del 60%, en dólares se ubican entre el 10% y el 12%. En paralelo, los depósitos suman el equivalente a u$s91.283 millones, de los cuales un 22% son en dólares y el 78% en pesos.
La combinación de incertidumbre electoral y endurecimiento de la política monetaria ralentizó el crecimiento de los depósitos y encareció el financiamiento, lo que llevó a un proceso de sustitución de créditos en pesos por operaciones en dólares. Según el análisis del economista Salvador Di Stéfano, este escenario podría derivar en un “amesetamiento” de la economía en los próximos meses, aunque con la posibilidad de cerrar 2025 con un crecimiento cercano al 5% del PBI.
En cuanto al mercado cambiario, el dólar mayorista se ubica en $1.363, los financieros en $1.375 y el blue en $1.360. Desde el levantamiento del cepo en abril, la variación del tipo de cambio fue mínima frente a la rentabilidad ofrecida por las tasas en pesos. En cuatro meses y medio, el dólar subió 24,4%, mientras que las tasas promedio dejaron un rendimiento cercano al 19,3% en igual período, lo que consolida la ventaja de los instrumentos financieros en moneda local siempre que el dólar se mantenga estable.
Las decisiones del Tesoro, sumadas a los ingresos de divisas del FMI, otros organismos internacionales y créditos externos a empresas, fortalecieron la cuenta financiera y garantizaron liquidez. Sin embargo, este movimiento afectó la cotización de los bonos soberanos, dado que el mercado esperaba que los dólares se reservaran para el pago de vencimientos de enero de 2026, por unos u$s4.300 millones.
En este contexto, la carrera entre plazos fijos y letras volvió a inclinarse hacia estas últimas, que hoy ofrecen mayor rentabilidad. La tasa de caución se mantiene por debajo del 50% anual y las tasas de plazos fijos comenzaron a ceder, lo que aporta calma al sistema.
(Fuente: Iprofesional)







