El 3 de junio de 2025, la Asamblea General de la ONU adoptó su resolución 79/291, que declara el 11 de julio como Día Mundial del Caballo, que por lo tanto se celebra este año por primera vez.
La proclama invita a gobiernos, escuelas, empresas y ciudadanos a honrar el papel de los caballos en la historia de la humanidad y a abordar los problemas a los que se enfrentan en el mundo actual.
Es que pocos animales han contribuido al progreso humano de forma tan profunda -pero discreta- como el caballo. Desde los antiguos nómadas de las estepas euroasiáticas hasta los modernos estadios olímpicos y los establos domésticos, los caballos han transportado mercancías, arado campos, ganado guerras y reconfortado corazones.
Incluso en el mundo tecnológico actual, los caballos de tiro siguen trabajando en granjas ecológicas, los guardabosques a caballo protegen la fauna silvestre, la equinoterapia gana terreno para el tratamiento de ciertas enfermedades y condiciones, y los ponis terapéuticos alegran la vida de los pacientes en los hospitales.
Según datos oficiales correspondientes a 2023, hay alrededor de 60,8 millones de caballos en todo el mundo y, junto a burros y mulas, sostienen los medios de vida de alrededor de 600 millones de personas en países de ingresos bajos y medios. Estos animales transportan agua, la cosecha y dan sustento a las familias todos los días.
Además, permiten cultivar la tierra con un impacto ambiental bajo, mejoran el suelo y aportan fertilizante natural.
- Estados Unidos cuenta con 2,41 millones de caballos y ponis en más de 63.000 granjas, según un censo del Departamento de Agricultura de Estados Unidos de 2022)
- La Unión Europea alberga unos 7 millones de equinos y da empleo a 800.000 personas en los sectores de la cría, el deporte y el turismo.
- En Mongolia, los caballos forman parte de la vida cotidiana, con 3,4 millones de caballos para 3,3 millones de personas.
- En Europa, el sector equino mantiene vivas tradiciones, fomenta el turismo rural y protege razas autóctonas, generando empleo y desarrollo local.
Sin embargo, las condiciones para los equinos se vuelven cada vez más difíciles. Con el aumento de las temperaturas, el cuidado de los caballos se vuelve cada vez más urgente. El calor extremo de 2024 evidenció cómo el cambio climático los afecta, generando mayor estrés, tanto en los caballos de labor como en los de competición.
Por eso, es necesario tomar medidas de adaptación al cambio climático, desde la implementación de zonas de enfriamiento en competencias olímpicas hasta la creación de nuevos estándares globales de bienestar animal. Organismos internacionales están actualizando normas sobre alimentación, descanso, cuidado de los cascos y equipación y se refuerza el seguimiento de las poblaciones equinas, sobre todo en zonas rurales. Desde los estadios olímpicos hasta las festividades locales, se aplican nuevas normas de protección contra el calor.
En definitiva, según sentencia la ONU en su proclama:
“El Día Mundial del Caballo es más que una celebración: es un llamamiento a proteger una de las alianzas más antiguas de la humanidad. Es el animal que aún hoy nos ayuda a alimentarnos, sustenta nuestras economías y nos eleva el espíritu”.









