Por iniciativa de un grupo de vecinos, la Chacra 32-33 celebró sus cuatro décadas de vida con un encuentro comunitario. Entre anécdotas recordaron como hace 40 años recibieron las llaves de los departamentos donde formaron sus hogares y criaron a sus hijos. En este marco destacaron el sentido de pertenencia y el esfuerzo colectivo en la conservación de sus espacios.
El festejo tuvo lugar en el sector de monoblocks, ubicado en cercanías de la avenida Lavalle, detrás del supermercado. Rita “Daissy” Hendrie (75), maestra jubilada y habitante del Edificio 50, fue una de las promotoras del encuentro. Contó que con su familia alquilaba en el centro, pero “nos inscribimos y esperamos los tiempos. La recepción fue sobre la avenida que divide al barrio, y después nos hicieron pasar a la galería del edificio 50. No olvido la alegría que sentí cuando el arquitecto Gonzáles, del IPRODHA nos mostró cual era nuestro departamento. Acá la vida de mis hijos: Lorena, Leslie y Jaime Schtainer Hendrie, transcurrió feliz. Llevamos una vida tranquila y fuimos formando este ambiente maravilloso”.
Para Hendrie subir las escaleras e ingresar al nuevo hogar “fue la emoción más grande. Apenas entramos y era pensar qué hacer, qué pintura poner, qué cortinas, querés hacer todo, porque es tu casa. La paz que sentís cuando te entregan la casa, la alegría, es indescriptible. El cuerpo entero se pone feliz. Para mí la vida acá fue maravillosa. Todos somos familia, existe una comunión con todos, solidaridad, una buena convivencia”.
Subrayó el compromiso de los habitantes con el cuidado del entorno y dijo que “hemos consolidado un grupo de vecinos que se ocupan del mantenimiento de los edificios y del parquizado, tratando de sostener los espacios verdes de nuestro sector. Esto era despoblado, eran solo los esqueletos, estaban los autos estacionados, sin árboles, y después se armó todo este verde”.

Lo mejor de lo mejor
Paulo Rodríguez tenía siete años cuando acudió junto a su papá, José, y a un hermano –mamá Juana quedó en casa al cuidado del bebé- al acto con presencia de autoridades que se hizo en una playa de estacionamiento.
“Se entregaron diplomas y después fuimos a buscar la dirección del edificio. En la galería había un tablero con las letras de las llaves. Fue el 13 de junio de 1983 e ingresamos unos días después. La gente se fue mudando, íbamos viendo quienes éramos, y los chicos buscaban a sus pares. Empezamos a conocer a nuestras amistades. Es lo mejor que recuerdo del barrio. Éramos una banda de 14 chicos de los dos edificios, de la mismaedad, que crecimos juntos. Fue una infancia muy feliz, porque era un barrio nuevo, muy moderno, todo por estrenar”, manifestó.
Sostuvo que eran otros tiempos, sin los peligros de ahora y sin tantos cuidados. “Curtimos siestas, noches, en vacaciones nos quedábamos hasta tarde jugando a las escondidas y nos recorríamos todo el barrio para escondernos. Cuando volvíamos ya no estaba el que contaba. Ese tipo de infancia tuvimos”, señaló con nostalgia el hermano de Diego, José y María Virginia.
Confió que esta zona de la ciudad siempre “me pareció muy linda” y aprovechó para mencionar anécdotas. Contó que la avenida Francisco de Haro era de tierra por lo que esperaban el colectivo 15 que venía de San Lucas, San Isidro, y “era una sola polvareda. Tenías que limpiar el asiento antes de sentarte. Había un 15 Chacra, que salía desde el Registro e iba cargadísimo. Era como una moda subirse a ese porque estaban todos los chicos del barrio que iban a escuelas del centro”.
Como los terrenos de Lavalle y Bustamante estaban vacíos, se instalaban los circos y los chicos no se perdían funciones. Cuando llegaron al barrio también estaba “New Face”, un boliche bailable muy famoso. “Hacíamos expediciones, era una aventura recorrer un sanatorio abandonado. Nos perdíamos tardes enteras. Ya no quedan lugares así, todo se fue poblando”, rememoró.
Un lugar que eligen cuidar
La construcción de la Chacra 32-33 se gestó en 1978, a partir de un anteproyecto de diseño urbano y arquitectónico financiado con fondos del Fondo Nacional para Viviendas (FONAVI) y administrado por el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA). Contempló la construcción de unas 1.200 viviendas. Situados entre las avenidas Lavalle, Bustamante y la calle Lorenzini, los inmuebles construidos entre 1978 y 1983 fueron los primeros adjudicados. La inauguración del complejo habitacional se concretó entre 1984 y 1985, permitiendo que alrededor de 1.200 familias se establecieran en edificios de tres plantas con departamentos de dos y tres dormitorios. Se estima que, en la actualidad, unos 4.500 residentes.
Con el paso de los años, el barrio consolidó una infraestructura de servicios. En 1985 se creó la Escuela Provincial N° 674. Además, la Chacra 32-33 alberga una dependencia policial, oficinas del Registro Provincial de las Personas, centros de salud, dependencias del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) y un importante centro comercial que incluye el local III de California Supermercados. Sobre Bustamante, la capilla Cristo Rey, erigida por los sacerdotes de la Orden Compañía de Jesús, fue elevada a parroquia en 2003.









