Con temperaturas de un digito en casi todo el territorio nacional, es bastante usual que las familias utilicen algunos aparatos domésticos como cocinas, calefones, braseros o chimeneas, que mal ventiladas generan monóxido de carbono y se convierten en un verdadero peligro para la vida de las personas.
De acuerdo al último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, ya se registraron 444 casos confirmados de personas afectadas por la intoxicación con monóxido de carbono, el gas que se libera por la combustión incompleta en un ambiente con poco oxígeno.
En este punto, los casos representan un 75% más que la mediana de los cinco años previos para el mismo período. Aunque hay que considerar que durante los años 2020 y 2021 se registraron menos casos por la disrupción causada por la pandemia del coronavirus, indica el registro nacional.
Cabe remarcar que el monóxido de carbono es un gas altamente tóxico, que se produce por la combustión incompleta de combustibles como la madera, el gas, la gasolina, el carbón. Y que al ser inhalados podrían provocar la muerte.
En una comunicación con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, Andrea Vilkelis, jefa de servicio de Toxicología del Hospital de Urgencias de Córdoba, indicó que “el monóxido se provoca principalmente porque algo está quemando mal. En el caso de las cocinas, los calefones, calefactores, uno ve la llama azul habitualmente y cuando observa llama naranja ya está quemando mal, por lo tanto, es una combustión incompleta”.
La médica recomendó prestar mucha atención a los artefactos, a cómo está quemando o calentando cada uno de los artefactos. En todos los casos, pero en especial de las chimeneas, indicó que se tiene que tener muy en cuenta todo el ambiente para una buena ventilación.
“El monóxido no te avisa”, sentenció Vilkelis y añadió que “no tiene olor, no tiene color y no tiene sabor”. Por eso, lo ideal es poder ventilar todos los ambientes.
Con respecto a los primeros síntomas de intoxicación, la doctora dijo que uno “empieza a tener dolor de cabeza, náusea, se empieza a sentir medio mareado”. Esos son los primeros síntomas de una persona que ya tiene una intoxicación leve y debe ser atendida rápidamente por los médicos.
En tanto, sobre cómo actuar ante un caso, la especialista sugirió no ingresar a los sitios contaminados porque se podría generar una “superintoxicación” del ambiente y agravar el cuadro de las personas intervinientes en estas situaciones, bastantes recurrentes en esta época invernal.





