La población de yaguaretés en la selva misionera se estima actualmente en 84 individuos, según los resultados del monitoreo binacional realizado en territorio argentino y brasileño. El dato, dado a conocer este martes en la capital misionera, representa una leve disminución respecto a la medición anterior, que había arrojado una media de 93 ejemplares.
El anuncio fue realizado por la Fundación Vida Silvestre Argentina y el Proyecto Yaguareté (CeIBA – CONICET), en el marco de la Reunión Ordinaria del Comité de Gestión del Plan Nacional de Conservación del Monumento Natural Yaguareté.
El relevamiento, que se realiza cada dos años desde 2003, arrojó en esta oportunidad un rango de entre 64 y 110 yaguaretés, con una media estimada de 84. Aunque la baja no es estadísticamente significativa, especialistas advirtieron que se trata de una tendencia que debe ser atendida con urgencia.
“Este nuevo dato es una señal de alerta”, sostuvo Lucía Lazzari, coordinadora del programa Bosques de la Fundación Vida Silvestre Argentina. “Así como celebramos su recuperación en años anteriores, hoy debemos actuar con decisión sobre las amenazas que persisten”.
Por su parte, Agustín Paviolo, investigador del CONICET y líder del Proyecto Yaguareté, remarcó: “Ya logramos una recuperación muy importante de esta población en el pasado, y si unimos esfuerzos podemos volver a hacerlo”.
Un monitoreo que cruza fronteras
El estudio fue liderado por el Instituto de Biología Subtropical (CeIBA – CONICET) en Argentina y el Projeto Onças do Iguaçu (ICMBio – Brasil), y se desarrolló sobre más de 570.000 hectáreas del Bosque Atlántico del Alto Paraná, incluyendo la Selva Misionera y los parques nacionales do Iguaçu y do Turvo, en Brasil.
La metodología se basa en cámaras trampa, dispositivos que captan imágenes de animales silvestres al activarse con su movimiento. Gracias al patrón único de manchas en el pelaje, los investigadores logran identificar a cada ejemplar, lo que permite estimar la población total mediante modelos matemáticos.
En esta edición del monitoreo se desplegaron 267 estaciones de muestreo, equivalentes a una superficie 27 veces mayor que la de la Ciudad de Buenos Aires.
Hendú, el embajador sin fronteras
Uno de los casos emblemáticos que refleja la importancia del trabajo conjunto es el de Hendú, un macho de yaguareté identificado en 2020 en el Parque Nacional Iguazú y que, desde 2024, también ha sido registrado en Brasil. Equipado con un collar satelital, Hendú cruzó la frontera entre ambos países y hoy sus movimientos siguen siendo monitoreados en tiempo real.
Este tipo de seguimiento aporta información clave para diseñar estrategias regionales de conservación, reforzar la conectividad entre áreas protegidas y garantizar la supervivencia de esta especie en peligro de extinción.

Una historia de recuperación que no puede detenerse
Cuando comenzaron los monitoreos en 2003, se estimaba que en la región apenas sobrevivían unos 40 yaguaretés. Desde entonces, las acciones coordinadas de conservación, gestión territorial y educación ambiental permitieron duplicar y estabilizar la población.
Pese a la leve caída, la selva misionera continúa albergando la población de yaguaretés más numerosa del país y de todo el Bosque Atlántico que comparten Argentina, Brasil y Paraguay. Los expertos coinciden en que mantener y fortalecer esta tendencia es una tarea colectiva que requiere compromiso político, recursos sostenidos y el apoyo de toda la sociedad.













