En medio de un panorama internacional marcado por tensión e incertidumbre, la comunidad israelita de Misiones expresó su respaldo a los ataques liderados por Israel y Estados Unidos contra objetivos estratégicos en Irán, principalmente en torno a su programa nuclear.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Jorge Lindheimer, vicepresidente de la comunidad israelita en Misiones,definió el momento como un “gran alivio” para quienes tienen familiares y amigos en Israel, pero advirtió que la desconfianza y la tensión persisten. “Todos tenemos muchos parientes allá. El desgaste emocional es muy fuerte. La gente no puede dormir”, contó. Sin embargo -según relató- el consenso entre sus allegados en Israel fue claro: “Era necesario ir a la cabeza del problema”, en alusión a Irán como epicentro del financiamiento y sostenimiento de grupos terroristas como Hamas, Hezbolá y los hutíes de Yemen.
“Irán es el gran cuco del mundo. Esta gente con una bomba nuclear sería imprevisible”, advirtió.
El rol de Estados Unidos y el “trabajo sucio” de Israel
Durante la conversación, Lindheimer explicó que la intervención estadounidense fue decisiva, especialmente por el uso de armamento de alta tecnología, pero remarcó que “el trabajo sucio lo hizo Israel”, desmantelando previamente la defensa aérea iraní.
“La frutilla del postre la puso Trump con esas bombas especiales que solo ellos tienen, pero fue Israel el que limpió el camino. Esto cambia el tablero geopolítico en Medio Oriente”, analizó.
A su vez, sostuvo que Israel es la única democracia de la región, y que su vínculo estratégico con Estados Unidos se enmarca en un conflicto más profundo entre “el fundamentalismo religioso oriental y los valores del mundo occidental”.
“Israel es la frontera de la democracia. Hace el trabajo sucio en una región dominada por gobiernos autoritarios y teocráticos, donde no hay lugar para pensar diferente”, afirmó.
El riesgo sigue latente
A pesar del aparente alto al fuego, Lindheimer reconoció que el riesgo de un atentado global no desaparece: “Irán ya atacó dos veces a la Argentina, en el ‘92 y el ‘94. En ese entonces, ni siquiera habíamos tomado partido. Con ellos nunca se sabe”.
Por eso, indicó que se elevaron las medidas de seguridad en la comunidad israelita local, al igual que en muchas otras del país y del mundo.
“Son momentos en los que hay que estar más alerta”, subrayó.
Vínculos con Israel: jóvenes misioneros en el ejército
Consultado sobre la presencia de misioneros en Israel, Lindheimer detalló que hay una segunda generación de residentes misioneros viviendo allá, y también jóvenes que en los últimos años se unieron al ejército israelí como parte del servicio militar obligatorio.
“Son varios los chicos que se fueron en los últimos dos años. Algunos están sirviendo en el ejército ahora mismo. Cada uno tiene su motivación: las raíces, la religión, las oportunidades de un país desarrollado”, explicó.
También remarcó que si bien la vida en Israel implica una tensión bélica constante, también ofrece “niveles de seguridad y calidad de vida que acá hemos perdido o naturalizado como imposibles”.
¿Un nuevo equilibrio?
Sobre el futuro inmediato, Lindheimer fue cauto pero optimista: “Creo que el mundo cambió con esta ofensiva. Ya no está el gran cuco, Irán quedó debilitado y las fuerzas se van a realinear”, sostuvo.
Para cerrar, expresó su deseo de que el nuevo escenario abra una etapa distinta:
“Podríamos estar ante un período de paz más duradero que el que conocimos hasta ahora. Ojalá así sea”.









