El Gobierno acelera en la búsqueda de dólares por cualquier vía. Hace apenas dos meses, el 11 de abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó el crédito por 20 mil millones de dólares para respaldar el plan económico de Javier Milei. Pero no alcanzó.
Aunque el relato del presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Luis Caputo, es que todo está bajo control, porque hay superávit fiscal en pesos, en la práctica no paran de tomar medidas para obtener divisas.
“Es un frenesí, un festival de endeudamiento como sea”, alerta Jorge Carrera, para que el FMI le pueda girar otros 2.000 millones de dólares. Se toma deuda para conseguir deuda”.
Esa situación está ocurriendo en el momento de mayor liquidación de exportaciones, por la cosecha gruesa, que encima en esta oportunidad alcanza niveles elevados por la baja de retenciones hasta fin de mes.
¿El modelo va a caer?
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió luego de la ratificación de su condena, hostigada y perseguida, lo que muchos creen: que a Milei le pasará lo mismo que a Martínez de Hoz en la dictadura, a Cavallo en el menemismo y con la Alianza y a Caputo con Macri. Es decir, que todo terminará en un desquicio devaluatorio y de crisis enorme.
“Las expectativas en el mercado no son homogéneas, pero que el riesgo país no logre bajar de 650 puntos es una señal contundente”, considera Carrera.
“En 2018 -recuerda- la mitad del mercado se quedó en pesos creyéndole a Caputo que iba a poder manejar la situación y la mitad se fue. Son apuestas que se hacen. Hay parte del mercado que quiere creer”.
“La jugada del Gobierno es bajar la inflación y la tasa, bajar el riesgo país, y con eso rolear la deuda. A pesar de lo que digan, tienen claro el problema y buscan alinear incentivos y expectativas. Están abocados a ello y tienen apoyo internacional”, agrega el economista Hernán Letcher.
El objetivo es sostener el esquema mientras aumentan las exportaciones de hidrocarburos por Vaca Muerta. “Buscan establecer un puente muy largo para garantizar la solvencia del programa. Pero supongamos que lo logran, que les sale bien y tienen financiamiento. ¿Qué Argentina queda después de eso? El 80% quedará en la pobreza porque no habrá empleo suficiente ni recuperación del salario”, enfatiza el economista.
Más deuda
El Ministerio de Economía logró su objetivo de conseguir US$ 500 millones para las reservas a través de la reapertura del Bonte 2030, en la licitación realizada este viernes.
La operación, que incluyó la participación de inversores extranjeros y locales, forma parte del plan oficial para reforzar las reservas del Banco Central.
A su vez, el llamado atrajo pesos del sistema financiero que fueron canalizados a través de nuevas colocaciones de Lecap, utilizadas por los bancos para administrar excedentes de liquidez.
Según informó la Secretaría de Finanzas, se recibieron 303 ofertas por $1,2 billones (equivalentes a US$ 1.098 millones), pero se adjudicó el tope máximo previsto de $0,593 billones, es decir, US$ 500 millones, con una tasa efectiva (TIREA) del 28,46%. En total, el Gobierno adjudicó $6.367 billones sobre un total de $7.996 billones ofertados, lo que representa un rollover del 167,59% de los vencimientos de este viernes. Si se excluye el Bonte 2030, el porcentaje baja a 151,98%.
El excedente de $1.975 billones será transferido a la cuenta del Tesoro en el Banco Central, indicó el secretario Pablo Quirno.
Gracias a esta licitación, las reservas internacionales brutas del BCRA registraron este viernes un repunte y se ubicaron en US$ 40.561 millones, en parte también por el acuerdo de financiamiento repo por US$ 2.000 millones que impactó directamente en las arcas del Central. En el caso del Bonte 2030, el ingreso de divisas se hará efectivo a partir del 23 de junio, fecha en que se liquidará el título.
La intención oficial es continuar con este tipo de colocaciones. Según anticipó el Palacio de Hacienda, se proyecta ofrecer hasta US$ 1.000 millones mensuales en títulos en dólares, abiertos tanto a inversores institucionales locales como a fondos internacionales. Esta estrategia apunta a consolidar el ingreso de divisas y contribuir al equilibrio de reservas netas.
Según el bróker Portfolio Personal Inversiones, todas las miradas del mercado estuvieron puestas en la reapertura del Bonte 2030, ya que se trataba del único instrumento con vencimiento a más de un año y, por lo tanto, el único habilitado para ser suscripto en dólares en esta licitación.
Una novedad importante fue que los inversores locales también pudieron participar directamente en el mercado primario, tomando como referencia el tipo de cambio oficial A3500 del día anterior, que se ubicó en $1.185,5, un 3,27% más alto que los $1.148 usados en la primera subasta.
Emisión de Lecap y Boncaps para cubrir vencimientos
Además del Bonte, el Tesoro emitió cuatro Lecap con vencimiento en julio, agosto, septiembre y noviembre de este año, y dos Boncaps con plazos a enero y junio de 2026.
El objetivo fue atender vencimientos por un total de $3,8 billones. Todos los instrumentos correspondieron a reaperturas previas, salvo la Lecap de plazo más corto (julio 2025), que fue una nueva emisión.
Desde Max Capital explicaron que, al tratarse de colocaciones por precio, se esperaba que los bonos se adjudicaran por debajo de la primera licitación.
Estimaron un rendimiento de mercado en torno al 27% TIR, con un precio cercano a los $111,2, cifra que ya incluía en parte el efecto de esta nueva operación.
“El Gobierno probablemente convalidaría cierta concesión para obtener financiamiento en dólares”, evaluaron.
Los analistas también observaron con atención la demanda por Lecap en pesos a corto plazo, impulsada en buena medida por el proceso de desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI) que estaban en poder de los bancos.
Este instrumento fue eliminado por el Banco Central como parte del nuevo esquema monetario, por lo que los bancos buscan alternativas para redirigir esos fondos, y la deuda del Tesoro aparece como una opción natural.





