Federico Teibler y Dante D’Amico habían participado en muchos torneos embarcados y de costa pero nunca habían hecho equipo. Hasta el pasado fin de semana. “Fue Dante el que me llamó y me propuso pescar juntos”, contó Federico, que por primera vez se subió al escalón más alto del podio en el Provincial de Pesca Variada Embarcada.
Más allá de la juventud de ambos, tienen un largo recorrido en el mundo de la pesca, y el fin de semana tuvieron ese golpe de suerte que casi siempre es necesario para ganar. “El jueves Dante salió a probar la cancha y se encontró con buen pique. La idea era volver a hacerlo el viernes pero no arrancó la lancha y nos encontramos con una fuga de combustible en una manguera, así que la prioridad pasó a ser poner en condiciones la embarcación”, dijo Federico, que habitualmente compite en el Provincial junto a su papá, Germán.
“Ese día el tiempo nos dio solo para comprobar que funcionaba bien. Y el sábado salimos con una estrategia bien definida: primero pescar en la costa, hasta las 16.30 y el tiempo que quedaba buscar otras especies en la zona más profunda”, agregó el flamante campeón del torneo “Cacho” Pérez.
“El sábado encontramos las bogas y pudimos sacar diez y seleccionamos las más grandes para que las midan. Con los (bagres) yurupito hicimos lo mismo: sacamos cuatro (el cupo es de tres) y en la fiscalía elegimos los tres más grandes porque era la otra especie que otorgaba puntos por centímetros”, explicó.
Casi sobre el final de la jornada llegó una sorpresa. En una de las cañas, que tenía un reel que no funcionaba del todo bien, hubo un buen pique. Por las características del lugar creyeron que era una raya, pero sorpresivamente emergió un armado.
Los cómputos parciales los ubicaron en el séptimo lugar. Sabían que el domingo tenían que hacer una muy buena pesca para pelear un poco más arriba. “Estábamos probando en una zona profunda y sacamos un relojito y una piraña. Nos faltaba un ejemplar más de esas dos especies y los conseguimos en la costa. Después volvimos a los lugares hondos y sacamos un bagre. Con eso sabíamos que estábamos bastante arriba, segundos o terceros, porque nos faltó encontrar la papaterra”, se sincera Federico.
Al igual que el resto de los pescadores que llegaron hasta el Pira Pytá, se sorprendieron por el buen pique que hubo en las dos jornadas. Prueba de ello es que 29 de los 39 equipos inscriptos fiscalizaron 10 o más especies.
“Estuvo todo muy parejo” admitió el joven pescador del Pira Pytá. El domingo, cuando escucharon que Lezcano, Nakamura y Viana habían quedado segundos, se desató el festejo en el fondo del salón. El equipo que se armó a último momento había dado el batacazo.






