El terror y los daños respectivos (y tal vez irreversibles), que una niña de 12 años atravesó dentro de su casa y a manos de su padrastro, el hombre que debía cuidarla, quedaron plasmados en el expediente145508, el mismo que hace pocos días tuvo resolución ante el Tribunal Penal 2 mediante juicio abreviado que, durante los próximos quince años, tendrá al culpable en prisión. Entre 2020 y 2022 en Apóstoles, la menor fue ultrajada sexualmente por la pareja de su madre, un empleado informal, que hoy tiene 34 años.
El 15 de noviembre de 2022 y pocos minutos después que la víctima rompiera el silencio y suplicara a su madre que la protegiera, fueron denunciados los delitos contra la integridad sexual en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional VII. No demoró la detención del presunto autor, fue ordenada por el juez de Instrucción 4, Miguel Ángel Faria. La niña ratificó en Cámara Gesell todo lo que sufrió y las acciones sumadas al expediente completaron la acusación y elevación a juicio oral al TP-2 de la Primera Circunscripción Judicial.

Durante dos años y cada vez que la progenitora no se encontraba en su domicilio, se sucedían los abusos sexuales “en la cocina, la sala, en la habitación de ella y en la habitación de la madre, todos espacios del domicilio antes mencionado”, se resaltó en el requerimiento de debate, al que PRIMERA EDICIÓN tuvo acceso. Los constantes abusos sexuales dejaron lesiones genitales, hasta mordeduras en varias partes del cuerpo de la menor, se remarcó en el expediente. Los exámenes ginecológicos ratificaron los accesos carnales que padeció la niña.
Pero también las conclusiones de las secuelas psicológicas fueron determinantes: “Sentimientos de autodesvalorización, inseguridades, retraimiento, encierro e inhibición evidenciando un estado psíquico que se caracteriza por la imposibilidad de procesar un entorno que resulta abrumador para la misma, como así también la niña presenta indicadores que advierten de una pérdida de vitalidad que se presenta en personas que han vivenciado situaciones traumáticas y de haber sido víctima de situaciones de características abusivas de tipo sexual”, todo ello conforme surge de la pericia psicológica.
Hace pocos días y antes de sentarse ante los jueces del TP-2 para ser juzgado, el encartado aceptó en audiencia de visu el acuerdo de juicio abreviado ofrecido por el fiscal Vladimir Glinka, de responder con quince años de prisión efectiva como autor de “abuso sexual sin acceso carnal gravemente ultrajante varios hechos y abuso sexual con acceso carnal agravado por la situación de guardador y convivencia, varios hechos en concurso real” (artículo 119, segundo, tercer y cuarto párrafos, e incisos B y F, en función del artículo 55, del Código Penal Argentino).










