
El 14 de mayo de 2015, a los 89 años, se cerraban definitivamente los ojos y los mágicos dedos de la leyenda del blues BB King, conocido por su punteo corto de guitarra y por haber inspirado a generaciones de músicos durante su larga carrera.
El legendario guitarrista, que ofreció conciertos hasta un año antes de su muerte, estaba recibiendo cuidados paliativos en su casa de Las Vegas en las últimas semanas.
Nacido en una familia pobre de Mississippi (Estados Unidos) como Riley B. King, la futura leyenda aprendió a tocar una guitarra que le dio el propietario de unas plantaciones cuando tenía 12 años. King aprendió a dominar el instrumento y más tarde bautizó su guitarra con el nombre de Lucille.
Actuó en 1968 en la sala de conciertos Fillmore West de San Francisco, un paraíso para los hippies, y un año después fue telonero de los Rolling Stones en 18 conciertos en Estados Unidos. Interpretaba su tema insignia, “The Thrill is Gone”, que reflejaba la angustia a menudo tan característica del blues, con punteos cortos de guitarra.
En 2003, la revista Rolling Stone afirmó que era el tercer guitarrista más importante de la historia detrás de Jimi Hendrix y Duane Allman y por delante de Eric Clapton.






