Según datos de la Organización Mundial de la Salud, “más del 80% de los adolescentes no hacen el suficiente ejercicio”. El juego activo y el ejercicio físico en los primeros años de vida contribuyen al desarrollo de aptitudes motoras, sociales y de exploración del entorno. También fomentan el crecimiento saludable, transmiten valores y generan disfrute.
“Los comportamientos relativos al modo de vida desarrollados en años tempranos pueden influir en los niveles de actividad física y los patrones adoptados a lo largo de todo el ciclo vital”, sostiene el Informe Directrices sobre la actividad física, el comportamiento sedentario y el sueño para menores de 5 años de la Organización Mundial de la Salud.
Mejora la salud física. El ejercicio fortalece el sistema inmune, el corazón, los músculos y los huesos. Esto es positivo a cualquier edad, pero aún más durante los años de crecimiento. Al moverse, los chicos también ejercitan habilidades fundamentales como la coordinación, la flexibilidad, la resistencia y el equilibrio. Cuanto antes en la vida de un niño empiece a trabajar estas habilidades, más y mejor las desarrollará.
El ejercicio físico no solo previene las enfermedades del adulto que no son prevenibles por vacunas sino que además, promueve el desarrollo de habilidades psicomotrices, el contacto con la naturaleza y la interacción con otros chicos. La planificación cuidadosa de las actividades llevada a cabo por docentes responsables hace que los chicos superen nuevos desafíos y descubran sus preferencias en un ámbito seguro y saludable.
Impacta positivamente en la salud mental y emocional. Moverse reduce los niveles de ansiedad y de estrés, de creciente incidencia en las infancias actuales. Después de hacer deporte, los chicos se sienten bien y descansan mejor. Si el deporte es al aire libre, estos beneficios se potencian más, ya que el contacto con la naturaleza promueve la sensación de bienestar.
Desarrolla la autoestima y las habilidades sociales, los centros de entrenamientos, clubes o grupos de pares que realizan algún deporte, son espacios seguros para hacer amistades y compartir intereses.
Equilibra la relación de los chicos con las pantallas. La tecnología forma parte de la vida de todos desde edades cada vez más tempranas. Pero cuando su uso es desmedido, los chicos corren varios riesgos, entre ellos, los que presenta el sedentarismo. Los chicos deportistas equilibran el tiempo de uso de pantallas con actividades de movimiento, esparcimiento y contacto con la naturaleza. Este equilibrio impacta no solo en su cuerpo sino también en su desarrollo emocional.
El movimiento tiene múltiples beneficios en todas las etapas de la vida, si deseamos que nuestros hijos sean más activos debemos los adultos mostrar el ejemplo. Sumar momentos en familia haciendo cosas juntos, puede ser una manera de motivar a todo el grupo familiar.
Luciana Amado Siry
Espacio Wellness
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