Un inmenso despliegue de fans y admiradores de los Rolling Stones modificó por completo el panorama porteño el 5 de febrero de 1995 para recibir a la banda británica en su primera visita oficial a la Argentina.
Mick Jagger y compañía desembarcaron esa noche para brindar una serie de cinco recitales entre el 9 y el 16 de febrero en el estadio Monumental.

Pero el primer “espectáculo” ya se vivió el mencionado 5 de febrero en las adyacencias del hotel Hyatt, donde los músicos se albergaban, y donde más de 40 revoltosos terminaron detenidos por protagonizar desordenes en el marco de una fervorosa vigilia a la espera de ver a sus ídolos.
El momento más emotivo para los fanáticos sucedió recién al día siguiente, el 6 de febrero, pocos minutos después de las 13, cuando el guitarrista Keith Richards se asomó por la ventana de su habitación.
Vestido con un short blanco y una remera oscura, Richards aprovechó el día de sol para pasar unas horas en la piscina del hotel, por la que también pasó fugazmente el otro guitarrista del grupo, Ron Wood.
El líder de la banda, Mick Jagger, pasó la tarde descansando en la suite presidencial del décimo piso del hotel, mientras que poco pudo saberse de la actividad del baterista, Charlie Watts, durante esa primera jornada.

Los Rolling Stones actuaron en el estadio Monumental de Núñez el jueves 9, el sábado 11, el domingo 12, el martes 14 y el jueves 16 de febrero. Todas las noches contaron como bandas soporte con el malogrado Pappo, Las Pelotas y Los Ratones Paranoicos.
La primera presentación mencionada comenzó exactamente a las 21:38 del 9 de febrero cuando el superclásico tema “Not Fade Away” comenzó a sonar en una cancha de River Plate colmada.
Ocultos bajo la densa humareda que cubrió el escenario, Mick Jagger (con una enorme capa roja), Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts dejaron ver sus clásicas figuras ante los 70 mil espectadores cuyas voces superaron la infernal maquinaria de sonido extranjera.

La banda británica inició así su primer show del tramo argentino del Voodoo Lounge Tour. Fueron 5 recitales, 300 mil personas, 20 millones de dólares y un fenómeno popular irrepetible.








