Un niño de once años, oriundo de Garupá, fue derivado a principios de este mes al Hospital Garrahan en Buenos Aires con un diagnóstico primario de hepatitis aguda y una tendencia a falla hepática. Sin embargo, este caso resultó ser más complejo al efectuarse los estudios de rutina para ingreso hospitalaria. Según fuentes oficiales consultadas por PRIMERA EDICIÓN, los análisis de internación a este chico arrojaron un resultado positivo para un caso de Leishmaniasis visceral.
En realidad, el paciente llegó primero hasta el Hospital Pediátrico Fernando Barreyro, donde fue internado bajo observación por un cuadro de ictericia severa. Resulta que, en un primer momento, consultaron porque el niño presentaba una coloración amarillenta en su piel, lo cual terminó en un diagnóstico por hepatitis aguda. No obstante, la PCR realizada en Buenos Aires, más allá de descartar el COVID-19 y que sea dengue, confirmó la leishmaniasis visceral en el paciente misionero. Asimismo, presentó un cuadro sospechoso de leptospirosis, una enfermedad bacteriana que se contrae por el contacto con la orina de animales infectados.
De acuerdo al reporte de Salud Pública, enviado al Sistema Integrado de información Sanitaria (SISA), la internación en Posadas se registró el 3 de enero, mientras que la derivación al Hospital Garrahan tiene la fecha del 6 del corriente.
