Con el Día Mundial del Lavado de Manos, que se conmemora este miércoles, la Organización Mundial de la Salud (OMS) busca inculcar en los niños (pero también en los adultos) la importancia de esta práctica para evitar muertes.
En los últimos años, a partir de la pandemia de COVID-19, se ha popularizado y visibilizado que la higiene de manos es fundamental para frenar la propagación de bacterias y virus, pero más allá del SARS CoV-2 hay otros casos emblemáticos de muertes evitables, como la diarrea, que es una de las tres principales causas de la mortalidad infantil.
Desde la OMS indican que si el lavado de manos con agua y jabón se convirtiera en práctica habitual en todo el mundo, esas muertes podrían reducirse en un 50%.
Cabe remarcar que, aunque muchas personas alrededor del planeta se laven las manos con agua, muy pocas lo hacen con jabón en momentos críticos: sólo el 24%. Por eso es tan importante incorporar el hábito desde pequeños.
Hábitos saludables
Las manos son uno de los vehículos más habituales con que se desplazan las bacterias de un lugar a otro, ya que, podemos trasladarlas a los alimentos que preparamos, superficies u objetos que tocamos (mamadera, chupete, juguetes o directo a la boca), tanto cuando vamos al baño o al manipular carnes crudas, huevos y vegetales sin lavar.
Los momentos críticos para el lavado de manos con jabón son antes de desayunar, almorzar y cenar, después de usar el baño y mientras se toma un baño o ducha.
El lavado de manos apropiado requiere de jabón y sólo una pequeña cantidad de agua. Las manos húmedas se deben cubrir con jabón y frotar toda la superficie, incluidas las palmas, el dorso, las muñecas, entre los dedos y especialmente debajo de las uñas, por lo menos durante 20 segundos.
Luego, se deben enjuagar bien con agua segura (es preferible usar agua corriente o echarse agua desde una botella antes que usar el agua dentro de un recipiente) y secarlas, ya sea con una toalla limpia o agitando las manos.

Es imprescindible enseñar a los niños la importancia de adoptar buenos hábitos de higiene de las manos, porque se sabe que los hábitos adquiridos en edades tempranas, son los que van a perdurar a lo largo de la vida.
En tanto, hay que recordar cuatro datos clave:
- Lavarse las manos solamente con agua no es suficiente, es significativamente menos efectivo que hacerlo con jabón, ya que, usándolo facilita la frotación, lo que permite disolver la grasa y eliminar la suciedad que contienen la mayoría de los gérmenes. Si se usan adecuadamente, todos los jabones son igualmente efectivos para remover los gérmenes que causan enfermedades. Las manos húmedas se deben cubrir con jabón y frotar toda la superficie, incluidas las palmas, el dorso, entre los dedos y especialmente debajo de las uñas, por lo menos 20 segundos. Luego, se deben enjuagar bien y secarlas, ya sea con una tela limpia o agitando las manos. Una manera fácil de calcular los 20 segundos es encontrar una canción familiar que tome ese tiempo para cantarla, por ejemplo, toma cerca de 20 segundos cantar dos veces la canción del “feliz cumpleaños”.
- El lavado de manos con jabón puede evitar enfermedades que matan a millones de niños por año. Es una de las maneras más efectivas de prevenir enfermedades diarreicas y la neumonía que, juntas, son responsables de la mayoría de muertes infantiles. El lavado de manos también puede prevenir infecciones cutáneas, infecciones a los ojos, parásitos intestinales, gripe aviar e influenza H1/N1 y trae beneficios a la salud de las personas que viven con VIH/sida.
- Los momentos críticos para el lavado de manos con jabón son después de usar el baño o de limpiar a un niño y antes de manipular alimentos. Las manos se deben lavar con jabón después de usar el baño, después de limpiar las heces de un niño (o después de cualquier otro contacto con heces humanas, incluidas las de los bebes y niños) y antes de manipular alimentos.
- Los niños pueden y deben ser agentes de cambio. Cuando se trata de compartir buenas prácticas de higiene, los niños pueden actuar como agentes de cambio y transmitir las “lecciones de lavado de manos” que aprenden en la escuela a sus hogares y comunidades. La finalidad del Día Mundial del Lavado de Manos es motivar a los niños para que hagan suyas y compartan las prácticas apropiadas del lavado de manos y hacerlos “embajadores del lavado de manos” en cada una de las iniciativas del país en el nivel nacional y local.










