Marisol Gorgues y su equipo participaron en una emotiva jornada de arte en el Hospital Dra. Marta T. Schwarz en Iguazú. La propuesta nació a partir de la invitación del Rotary Club Puerto Iguazú, así la sala de pediatría se llenaría de color y de amor.
La temática fue seleccionada por el grupo de pintores, quienes eligieron llenar las paredes de selva misionera, con sus plantas y sus animales.
Previo a una reunión con la jefa de pediatría, debían idear las imágenes, sin cargar demasiado, ya que no tenían que “alterar la calma”. De esta manera la propuesta fue realizar un trabajo acuarelado, respetando las transparencias para bajar la carga de colores.
Para entrenarse en este hermoso desafío, ensayaron pintando en las mismas paredes del taller, todas las noches al terminar las labores del día, se reunían y, entre charlas y mates, fueron probando cómo quedaría la propuesta pensada. Era sólo un ensayo pero no podían dejar de pintar.
Todos los invitados a participar ensayaban en la pared del taller, para ver cómo esfumar los colores, o la cantidad de agua que debían usar, para entrar en confianza con el nuevo desafío. Después de la experiencia supieron que fue de gran utilidad haber entrenado.
Por la noche un grupo de alumnas y amigas, encabezadas por su líder Marisol fueron al hospital a dibujar, solamente marcaron las figuras principales, lo demás se fue componiendo en el momento de pintar.
Trabajaron 40 personas, que fueron rotando en diferentes grupos en distintos horarios. Cada dos horas de trabajo entraba otro grupo. Pero muchos de los participantes estuvieron la jornada entera desde las 9 hasta las 19.
Al finalizar el día, la sala de pediatría estaba vestida de los colores de la provincia, el objetivo es que ese mundo mágico creado dentro de un centro de salud, logre que los niños pasen sus días ahí distraídos de la enfermedad. Que puedan olvidar por un momento dónde se encuentran y para que simplemente vivan una aventura de cuentos.
Marisol hizo una tarea increíble, y sin lugar a dudas logró su objetivo porque la acompañaba gente maravillosa como ella. La unión hace la fuerza, una frase de antaño que sigue vigente.
Cada una de las personas que participó de alguna u otra manera, ya sea pintando, alcanzando materiales o cebando mate aportó su granito de arena.
Un granito para construir un castillo de sueños para niños que por razones de salud no pueden en este momento estar jugando en la plaza o en la escuela, pero sí en una hermosa sala de pediatría del hospital.
Colabora
Claudia Olefnik.
Artista plástica.
Responsable del Taller Monarcas.
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