La incorporación es reveladora de la creciente preocupación de los jefes provinciales, por anticiparse a lo que puede ser una dramática caída de recursos en favor del distrito bonaerense y, a la vez, ampliar su protagonismo ante una eventual reforma impositiva. Hubo además, necesidad de abrir el juego para ganar más peso político y evitar la partidización de la propuesta. La intención es tomar la consigna nacional de bajar la presión impositiva sobre el sector productivo, y eliminar impuestos distorsivos, pero hacerlo “tanto en la Nación como en las provincias”. La primera iniciativa que se impulsa es clara al respecto. En tanto no se puede eliminar de plano el Impuesto al Cheque; las provincias requerirían una mayor porción de la coparticipación del mismo. En el esquema centralista actual, solo se coparticipa el 30% de ese impuesto y las provincias en su conjunto se reparten el 17%. También se discute la posibilidad de bajar la alícuota de Ingresos Brutos, para avanzar sobre las llamadas “aduanas interiores”. El debate no es fácil ni sencillo de implementar pero, como punto de partida, los gobernadores plantarían bandera en un sinceramiento de la situación actual, en la que la Nación impone una visión sesgada por sus intereses. En una entrevista televisiva, el gobernador Passalacqua ejemplificó en números concretos el sinceramiento que se promueve, al señalar que sólo por el IVA, Misiones transfiere a la Nación 7,5 mil millones de pesos, y la Nación devuelve por coparticipación y otros fondos 2,5 mil millones.El lenguaje frío de los números, en ocasiones, es la vía más rápida y efectiva para entender realidades complejas enturbiadas por un largo proceso histórico de desencuentros, como es la relación Nación-Provincias.
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