Con apenas un año y dos meses de edad, Zamira se convirtió en una de las paciente más pequeña en recibir una prótesis de pierna en el hospital Ramón Madariaga de Posadas. Su caso fue expuesto en el Foro Provincial de las Personas con Discapacidad realizado este viernes en la Cámara de Diputados provincial, por el médico pediatra y fisiatra, Roberto Gisin, responsable del Servicio de Rehabilitación del Madariaga. La mamá de Zamira tuvo un embarazo normal y adecuadamente controlado. La beba nació con los parámetros normales y totalmente sana. A los cinco meses ya se sentaba por lo que incluso, por los indicadores madurativos, estaba más adelantada para su edad. Pero a los once meses, cuando comenzó a pararse solita, su mamá notó cuando la estaba vistiendo un pequeño punto oscuro en el pie derecho que no tardó en agrandarse en una manchita violeta, por lo que consultó al médico. Lo que Zamira sufrió fue la obstrucción de la arteria del pie que afectó la normal oxigenación de la pierna, algo totalmente inusual a tan temprana edad, “no se sabe el porqué y las razones son casi insólitas en un bebé de un año pero esto terminó en una amputación de la pierna. Su vida no estuvo en peligro porque en el Hospital de Pediatría se le detectó el problema rápidamente”, contó Gisin a PRIMERA EDICIÓN. Sus primeros pasos Hace dos meses, cuando la pequeña aún no cumplía el año, debió pasar por una amputación de su pierna. Después de esta cirugía mayor, Zamira fue derivada al Servicio de Rehabilitación del Hospital Madariaga. “La verdad es que en la Salud Pública de la provincia no solo se le diagnosticó a tiempo y se actuó inmediatamente, sino que además logramos que Zamira acceda a una prótesis sin demora y esto es muy importante porque el tiempo que se pierde en estos casos no se recupera más”, destacó el profesional. Según indicó, una prótesis sale entre 40 y 50 mil pesos y esta en particular es más costosa porque tiene elementos diferentes a la de una prótesis de adulto: “Son elementos que se hacen a pedido porque mientras que los productores pueden hacer en serie prótesis talle 40, son muy escasas la demanda de prótesis talle 23 como la que necesitó nuestra pequeña paciente”, señaló Gisin. La semana pasada, a penas dos semanas después de tener su prótesis, Zamira dio sus primeros pasos. “Aprendió a caminar al año y un mes y medio, la verdad es que este es un caso que nos emociona y entusiasma a todos los que intervinimos de una u otra manera, pues hay todo un equipo multidisciplinario participando de su tratamiento”, confió el médico. “El día que le probamos la prótesis a Zamira ya le avisé a su mamá que de ninguna manera su hija iba a ir a una escuela especial. Según me contó la mujer, cuando le amputaron la pierna le dijeron que su pequeña, que en ese momento tenía once meses, iba a tener que asistir a una escuela especial… ¡pese a que estaba madurativamente avanzada para su edad!”, contó el profesional defensor del derecho a la inclusión. “Aptos para actividad física” “Cada año, cuando van mis pacientes a pedirme el certificado de aptitud física, a todos les pongo ‘apto para hacer actividad física’ porque si ponés apto parcialmente son separados del grupo, los dejan en el salón o sentados en una silla al costado de la clase mientras que sus compañeros tienen educación física. Lo cierto es que los profesores de educación física tienen formación suficiente para adaptar la clase para incluir a todos sus alumnos”.
Discussion about this post