El atraco al dirigente gremial Pablo Sabino Achingo (58) no fue el único perpetrado por la banda, aunque sí el primero en acabar con una muerte. Eso es lo que creen los investigadores de la causa, que ayer finalmente fue caratulada como “homicidio en ocasión de robo”, después de la maratónica jornada del viernes en la que se produjeron las detenciones de los cinco presuntos autores.Luego de un inicio plagado de hipótesis, el decorrer de la pesquisa se encaminó hacia un violento robo perpetrado en el marco de la noche posadeña. La banda, aparentemente vinculada a la prostitución, habría atacado en más de una oportunidad, aunque esos asaltos jamás salieron a la luz porque las víctimas no radicaron denuncia alguna, quizás ante el contexto que rodea a los ahora apresados.Justamente por eso es que los investigadores apuntan a que el intento de robo a Achingo fue premeditado. La presunta “entregadora”, de 22 años y detenida junto a cuatro supuestos cómplices de 23, 24, 25 y 30, habría sido una de las encargadas de orquestar el plan que, al menos en principio, no tenía como objetivo la muerte del dirigente, pero sí el robo.En ese sentido, esa línea coincide con el testimonio de la testigo protegida, quien le contó a las autoridades sobre el accionar de la banda y los casos que pesarían sobre sus espaldas, siempre con la pieza de avenida Santa Cruz casi San Martín como escenario de acción.Bajo engañosSegún pudo saber PRIMERA EDICIÓN, la reconstrucción que hasta el momento tiene en manos el magistrado Marcelo Cardozo, titular del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, comienza a las 21.30 en la casa de la víctima, de donde salió con destino a una cancha de fútbol de avenida Rademacher casi Cabred.Tal como publicó este Diario, de allí salió con un amigo rumbo a otra cancha de alquiler, sobre avenida Uruguay, y luego finalmente llevó a ese hombre a su casa. Eso fue alrededor de las 2 del último miércoles. Desde esa hora hasta las 4, cuando el Renault Fluence de Achingo apareció quemado en el Acceso Oeste (a las 6, el cuerpo sin vida, con quemaduras y signos de tortura fue hallado abandonado en una esquina del barrio Santa Rita), había un vacío que ahora los pesquisas se animan a dilucidar.Esa reconstrucción apunta a lo siguiente. Se presume que Achingo dejó a su amigo y fue al encuentro de una conocida que lo aguardaba en inmediaciones de Francisco de Haro y Santa Cruz. Desde allí, esa joven, la “entregadora”, lo habría convencido para que la acompañara a buscar algo a un inmueble de Santa Cruz casi San Martín.Escenario claveEse reducto fue el que las autoridades allanaron en la tarde del jueves, durante unas siete horas. Se trata de un inmueble de pequeñas dimensiones y deshabitado, que al parecer habría sido en su momento la casa de la familiar de uno de los ahora detenidos.El lugar habría sido utilizado en más de una oportunidad por la banda para reducir y robar a sus víctimas. Y en esa trampa cayó también Achingo, siempre al decir de la principal teoría. El gremialista habría ingresado a ese lugar engañado por la “entregadora” y allí fue sorprendido por al menos tres de los cuatro hombres detenidos.Todo indica que la víctima se resistió al robo, razón por la que los autores lo golpearon en más de una oportunidad con un garrote de madera que sería el hallado en el VW Suran, uno de los dos autos secuestrados en la causa. La importante cantidad de sangre hallada en la escena gracias a la pericia de luminol confirma aquello.Producto de la feroz golpiza, Achingo habría quedado inconsciente. La autopsia confirmó “traumatismo de cráneo grave, fractura de costilla izquierda y lesión cortante en mano derecha” producto de esa agresión. Sin embargo, continuaba con vida, pese a que los ladrones lo creyeron muerto.Es por eso que resolvieron “encargarse” de lo que consideraban el cadáver. Ya sin la joven en el lugar, los cuatro hombres envolvieron a la víctima con una colcha, sábanas y toallas. Luego utilizaron alambres para levantarlo -por eso en un principio se pensó que con esos metales había sido maniatado- y trasladarlo hasta el Citroën C-4 en el que lo transportaron hasta la esquina de 127 y 82, en el barrio Santa Rita, donde finalmente apareció muerto.En esa esquina de la chacra 130, los autores taparon al dirigente con papeles y plásticos e intentaron prenderlo fuego, quizás con el objetivo de que las autoridades demoraran en reconocerlo. Las llamas, al decir de los forenses, le provocaron “quemaduras de tipo AB-B”. Y también la muerte: pese a los golpes, Achingo murió por asfixia, confirmaron los peritos.Los fueron a buscarEl recorrido de los homicidas continuó de la siguiente manera, según la misma reconstrucción. Al mando del Citroën C-4, al menos dos de los sospechosos se dirigieron a la calle interna del Acceso Oeste donde apareció quemado el Renault Fluence negro de Achingo. Fueron hasta allí para buscar a los otros dos que habrían llevado e incinerado ese vehículo para no dejar pistas.En cierto sentido, lo lograron. Es que del Fluence apenas se pudieron rescatar unos pocos papeles y prendas de vestir chamuscadas. Las pericias realizadas en el automóvil de poco sirvieron. Sin embargo, los secretos clave para la investigación aparecieron en los otros dos rodados secuestrados en el marco de la causa. Las manchas de sangre halladas en esos vehículos así como en la avenida Santa Cruz confirmaron el relato que brindó la testigo protegida. Ese testimonio fue la punta del ovillo para que ahora den por esclarecido el crimen.Dos pericias fundamentalesMás allá del cúmulo de pruebas que surgió de las pericias a los dos automóviles secuestrados en la causa, a la casa de la avenida Santa Cruz, y al testimonio de la testigo protegida, serán determinantes los resultados de dos de las pericias solicitadas por el magistrado Cardozo en el caso.Se trata de los exámenes de cotejo genético entre las muestras escarlata levantadas en todos esos lugares y los restos de Achingo, que permitirán confirmar lo que se supone, que esa sangre pertenece a la víctima. Además, será igual de clave la pericia al teléfono celular secuestrado a la “entregadora”, ya que allí podrían existir comunicaciones entre ella y los otros cuatro detenidos que tiene la investigación. Con respecto a los teléfonos de esos cuatro hombres, las autoridades no pudieron encontrarlos. Se supone que fueron descartados.Así las cosas, la labor articulada realizada entre efectivos de la Dirección de Homicidios, Decimotercera, Unidad Regional X y la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial arrojó frutos que esas pericias ahora, creen los detectives, terminarán de apuntalar.Por lo pronto, los cinco apresados serán trasladados el próximo martes ante el juez Cardozo para declaración indagatoria. Allí podrán guardar silencio o contar su versión de los hechos. Lo ya dicho: la carátula provisoria de la causa es la de “homicidio en ocasión de robo”. Resta saber si continuará así o se modificará.
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