Un equipo binacional de investigadores lleva adelante un proyecto para dotar de valor agregado a los subproductos forestales o residuos.El objetivo es descubrir nuevos materiales a partir de distintos microcomponentes vegetales para que sean utilizados por el sector industrial para la elaboración de distintos productos.“Nosotros tenemos la curiosidad científica y a partir de allí se pueden abrir opciones para que la industria las pueda implementar”, manifestó el doctor Antonio Aprigio da Silva Curvelo, del Instituto de Química de San Carlos, de la Universidad de San Pablo (Brasil). Fue en el marco de las actividades realizadas en el Programa de Celulosa y Papel (PROCYP) que funciona en el Instituto de Materiales de Misiones (IMAM), integrado en gran parte por investigadores y docentes de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones. “La idea es iniciar diferentes procesos de pulpeo de separación de estos microcomponentes de la materia prima para valorizarlos”, detalló Da Silva Curvelo.Explicó que en el caso de Brasil vienen de una larga tradición de la utilización de caña de azúcar para la producción del biocombutible etanol.En el caso de Misiones, en el marco del Proyecto Binacional del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (Mincyt), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), y la Fundación Coordinación de Perfeccionamiento del Personal Superior de Brasil (Capes), se busca aprovechar los residuos de las industria maderera.“Los residuos vegetales en su pared celular tienen distintos componentes micro moleculares capaces de producir distintos productos”, sostuvo Da Silva Curvelo.En este sentido, una de las líneas de investigación consiste en la creación nanocelulosas a partir del aserrín. Se trata de partículas muy pequeñas, que pueden servir para dar resistencia a otros materiales, empezando por el papel.“En estos casos el mercado busca utilizar nanocelulosa para agregarlas a los plásticos y así aumentar su biodegradabilidad reforzando sus cualidades, eso ya es una perspectiva fantástica pero eso está en una fase incial”, detalló Da Silva Curvelo.“Se pueden obtener polisacáridos (compuestos de azúcares) que se disuelven en agua y funcionan como componentes importantes para productos de la industria alimenticia y cosméticos”, añadió el investigador.Mientras que otro de los componentes estudiado -denominado lignina- “puede producir diferentes productos todos con la característica química diferentes de los polisacáridos”.“Hemos recibido distintas consultas de industriales por diferentes motivaciones. Hoy utilizamos materias primas que vienen directamente de la forestoindustria. Esto nos brinda la libertad de investigar distintos materiales”, afirmó.Da Silva Curvelo reveló que los investigadores se dedican a probar distintos tipos de materiales vegetales, “y si de eso se obtiene alguna cosa que le interesa a la industria, empiezan a trabajar y hacen las pruebas para el aumento de la escala de producción”.En el caso de Misiones, la línea de desarrollo del proyecto de investigación se centra en el aprovechamiento de la biomasa, con el objetivo de brindar soluciones a los aserraderos de la región.“En Misiones se utiliza otros tipo de materia prima que la que se usa para papel. Debido a que la energía es una temática que se vuelve cada vez más importante, se busca emplear los derivados de la biomasa para producir combustible”, señaló Da Silva Curvelo.ResiduosEn consonancia, el investigador Fernando Felissia, del Programa de Celulosa y Papel (PROCYP) del Instituto de Materiales de Misiones (Iman), quien también integra el proyecto binacional, indicó que hay interés por resolver el problema que es acumulación de residuos en los aserraderos.“Hay muchos aserraderos que tienen pilas de aserrín que se queman a cielo abierto. Hay gente que acumula los residuos forestales que se van descomponiendo biológicamente. Estamos investigando para tratar de valorizar esos residuos y darle una solución a ese problema, pero todavía estamos en una etapa de inicio”, indicó el ingeniero químico. Manifestó que otro de los objetivos de llevar adelante este tipo de proyectos es la formación de profesionales “que sean capaces de brindar soluciones”. “La perspectiva es darle una formación adecuada a los universitarios. La industria los busca porque tienen conocimientos que se pueden aplicar. Este es otro de los productos de este convenio; este intercambio le sirve al estudiante”. sostuvo Felissia.
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