El “Cantar de la Pachamama” es una reserva natural privada de 350 hectáreas, ubicada en la margen del arroyo Chafariz en El Soberbio. Fue creada por cinco hermanos que decidieron preservar un lote virgen que habían heredado a cinco kilómetros de la ruta provincial 13, a la altura del kilómetro 15.
Hace más de diez años iniciaron los trámites para transformar esa parte de la selva misionera en una reserva natural y en 2015 salió la resolución del Ministerio de Ecología de la Provincia que establece la preservación del predio. Sin embargo, seis familias intrusaron esta reserva, bajaron los servicios básicos e incluso comenzaron a desmontar para plantar tabaco.
Diego Teza, uno de los hermanos dueños de la propiedad, contó a PRIMERA EDICIÓN que “buscamos con mis hermanos hacer algo por la naturaleza. Tenemos esas 350 hectáreas de monte virgen, que nunca había sido tocado, y pensábamos que podía seguir así”.
Del sueño a la pesadilla
El 17 de noviembre de 2017 recibieron de la mano del gobernador Hugo Passalacqua y de la entonces ministra de Ecología, Verónica Derna, el certificado del Programa Nacional de Enriquecimiento y Conservación de los Bosques Nativos Ley 26.331 y Ley provincial XVI Nº 105, y la resolución que transforma “El Cantar de la Pachamama” en reserva privada.
Con ese estatus de Reserva Natural Ecológica, “no podemos modificar nada y sólo podemos hacer algunas actividades turísticas como avistajes de aves, senderismo o instalar alguna cabaña para albergar turistas que quieran estar en un ambiente natural o hacer estudios. Nosotros invertimos en investigación y estudios de la naturaleza que hay en el lugar”, reseñó Teza.
Pero el sueño de preservar esa porción de selva misionera se le está volviendo una pesadilla, porque seis colonos intrusaron la propiedad e instalaron sus chacras en el lugar.
“Ocuparon el lote y tumbaron el monte. Ahora ya tienen desmontado unas 100 hectáreas donde plantan tabaco, plantaciones anuales y crían sus animales. Nosotros recurrimos a las autoridades municipales de El Soberbio, al Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables e hicimos la denuncia en la Justicia. Hasta ahora no conseguimos nada y la gente sigue tumbando árboles y quemando”, protestó Teza, quien es ingeniero agrónomo y profesor en la Universidad Nacional de Misiones (UNaM).
“Expulsados” de su tierra
Lo peor es que ni siquiera dejan entrar a los dueños: según ellos, “hace dos años que los colonos se pusieron muy agresivos y nos salieron al cruce con machete una vez que íbamos entrando a la propiedad. Ahí fue cuando hicimos una denuncia ante el Juzgado de Instrucción III de San Vicente, pero hasta ahora no tenemos novedades. Igual que las presentaciones que hicimos en el Ministerio de Ecología”.
El propietario dijo que, a pesar de las denuncias de intrusión, los ocupantes reciben beneficios del Estado y de las empresas tabacaleras: “No entendemos cómo, pero la Municipalidad de El Soberbio les arregla los caminos de acceso a sus casas, EMSA (ahora Energía de Misiones) les puso la energía eléctrica y las empresas tabacaleras les bajan los insumos para plantar tabaco. Esa tierra está judicializada y a pesar de eso les dan los beneficios. Nosotros fuimos con el intendente de El Soberbio (en ese entonces estaba Jair Pereyra) a denunciar y pedir apoyo, hicimos la denuncia ante las autoridades de EMSA en El Soberbio y nos mandaron a hacer la denuncia en Posadas”, lamentó.
Teza se mostró molesto por la falta de respuestas de las autoridades ante sus reclamos: “Hay tres medidas de no innovar. Con la gente de la Red de Reservas Naturales queremos recurrir a Nación a hacer la denuncia ante la Unidad de Fiscalía Nacional en temas ambientales. Hace años que vengo peleando con este tema. Desde Ecología me dicen que yo no puedo hacer nada que afecte el estado natural de la selva y ese es el compromiso que firmé cuando en 2015 me aprobaron la creación de la Reserva. Yo no puedo hacer nada, pero la gente que está ocupando la propiedad está tumbando y quemando árboles todos los días. No se entiende”.
Además, “tengo aprobado un proyecto para la construcción de dos cabañas y un SUM para las actividades turísticas, estudios e investigación que queremos hacer en el lugar, pero ni siquiera podemos entrar”, indicó indignado Teza.