Ya hemos hablado en notas anteriores que la tensión emocional puede generar un montón de malestares y dolencias, contracturas y dolores de cabeza. Por eso, hoy les traigo la propuesta de relajarnos fácilmente con un ejercicio que podemos hacerlo sentados en el lugar de trabajo o donde estemos, lo único que tenemos que hacer es sacarnos los zapatos y sentir los pies apoyados en el piso, lentamente comenzar a respirar. Llevando el aire al abdomen.
Luego en el borde de una silla, extendemos los brazos hacia atrás y con las manos tomamos el respaldo. Inhalamos y estiramos el pecho hacia adelante y dejamos caer la cabeza, con precaución hacia atrás y entreabrimos la boca.
Mantenemos la posición y arqueamos la columna con mucho cuidado, tiene que ser un movimiento lento y no exigirse.
Mientras tanto, llevamos los hombros hacia atrás y respiramos tranquilamente.
La idea de este ejercicio es que puedan hacerlo y percatarse de dónde me duele. Dónde siento tensión. ¿Siento tensión o alivio?
En algún momento cuando estén respirando tranquilos podemos buscar que esa posición sea cómoda y quedarnos ahí sintiendo nuestro cuerpo estirarse y relajarse. Pero no debe generar dolor ni exceso ¿qué quiere decir? Que si yo exijo no relajo. Por eso la autobservación es importante porque en estas épocas donde todo es exigencia necesitamos aprender a soltar y conectarnos con el disfrute de sentir nuestro cuerpo y mimarlo más. Ya no seguir con esas exigencias donde muchas veces se escucha “tiene que doler para que haga efecto” o “puedo aguantar más”. Liberarnos de esas viejas creencias donde muchas veces hacemos sufrir a nuestro cuerpo con todo tipo de excesos dañinos. Les propongo liberarse, estirarse, disfrutar un rato, amarnos y aceptarnos tal cual somos, Dios los bendiga.
Colabora
Paula Vogel
Profesora de Educación Física.
Educadora Biocéntrica.
3764-414872