MOJÓN GRANDE. La semana pasada PRIMERA EDICIÓN publicó un informe sobre Benigna Machado, una pionera que con noventa años cumplidos y cinco décadas en la localidad sigue esperando su conexión de suministro eléctrico. A partir de la difusión de esta nota a través de los medios locales (FM 99.7) parece que los habitantes de esta pequeña comuna decidieron alzar la voz para reclamar y recordar las promesas realizadas en campaña; promesas que hablaban de soluciones a las necesidades de la ciudadanía en cuestiones básicas como son el suministro eléctrico, los caminos y paradas de colectivos para no esperar el transporte a la intemperie.María Gómez: otra pionera,el mismo desamparoMaría Gómez es una mujer sencilla y simpática, según cuentan los vecinos siempre está de buen ánimo, tiene 74 años y lleva 49 de ellos viviendo en Mojón Grande. Habita una humilde casita de madera sin luz y sin agua, para disponer del vital líquido se dirige hasta un arroyo distante 500 metros de su casa.PRIMERA EDICIÓN se acercó hasta la casa de María, la abuela, y estaba trapeando, realizando la limpieza de su hogar, pero amablemente dispuso de unos minutos para conversar con nosotros.“Es muy difícil vivir en estas condiciones, la luz me solucionaría muchas cosas, así me siento aislada e inclusive temerosa, a la noche no puedo prender un foco y esta zona es muy oscura”, confiesa María.“Para tener agua para bañarnos, lavar la ropa (cosa que hace a mano por lógica) o limpiar la casa tengo que acarrear agua desde 500 metros y ya estoy grande y a veces muy dolorida o me siento enferma como para hacer ese trayecto tan largo, me siento abandonada, muchas veces me prometieron la luz pero parece que a los que menos tenemos no nos ayudan y sí ayudan a los que más tienen. Yo pienso que tendría que ser al revés, ayudar al que menos tiene”, reflexiona María, y agregó que “le pido al intendente que se acuerde de nosotros, los más necesitados”.“Sólo nos visitan cuando quieren votos”Lerser Hilario Ramos vive en Mojón desde hace 55 años, es productor de tabaco, caña y las tradicionales plantaciones anuales como maíz y mandioca, tiene 72 años y vive junto a su familia, también pionero de la localidad en la cual crió a trece hijos.Lerser Ramos contó que “hace 55 años que vivo en esta chacrita y todavía no tenemos luz, acá sólo nos visitan cuando quieren votos, después nunca más, ni siquiera cuando sufrimos granizadas o temporales que nos destruyeron las plantaciones o el galpón recibimos ni una visita para ver si necesitamos algo o si pueden colaborar, nada”.“Cada campaña nos prometen la luz, el oro y el moro, pero terminada la elección no los vemos más por cuatro años. Varios vecinos ya no aguantaron y se fueron de acá, algunos se fueron para San Javier, otros al pueblo, nosotros aún resistimos, no queremos abandonar la chacra e ir a vivir al pueblo, de los planes, queremos seguir produciendo pero no nos ayudan, ni siquiera nos hacen una paradita de colectivo, cuando uno tiene que viajar temprano por algo tiene que esperar debajo de una planta así llueva o haya tormenta y no es muy difícil hacer un refugio, hasta creo que lo vamos a hacer entre nosotros porque si seguimos esperando no va a llegar nunca”, indicó Hilario.“Así se vacía y se empobrece la colonia”Su mujer, Carolina, ratifica todo lo dicho por Hilario: “Mis trece hijos nacieron acá y nosotros somos una familia trabajadora, siempre trabajamos, siempre producimos, me gustaría que las autoridades se pongan en nuestro lugar y entiendan lo que es vivir sin luz, llega un momento en que se torna muy difícil, por eso muchos ya se han ido y así se empobrece y se vacía el lugar”, dijo.Además, agregó que “no pedimos nada raro sólo que nos brinden suministro eléctrico y una paradita de colectivo para no tener que esperar sentados en una piedra bajo sol o lluvia”.





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