POSADAS. El gobernador preguntó ¿Cuántas hectáreas tenemos? “No más de 1.300, pueden haber más pero no están vinculadas al Ingenio, hay productores que usan la caña para otras actividades”, respondió el funcionario.“¡No puede ser!”, gritó Closs. “Tres mil… Teníamos que tener tres mil – se enfureció – ¿Y todos los planes que se entregaron?”, preguntó sin esperar una respuesta satisfactoria.“… Muchos no plantaron, agarraron la plata y gastaron en otra cosa”, respondió el funcionario con tono de indignación.El silencio y la tensión se apoderaron de la sala. “Hay que cambiar la modalidad…”, fue lo último que se escuchó decir.Un diálogo parecido al anterior, palabras más o palabras menos, se produjo hace varios meses atrás, después de iniciar Closs su segundo mandato y en conversación con un dirigente que había asumido en diciembre de 2011 un nuevo cargo.Los números del gobernador estaban correctos en la teoría, pero en la práctica, campo adentro, distaban mucho de la realidad. La cuenca cañera tuvo desde hace tiempo un promedio permanente de 1.000 hectáreas. En 2010, a través del Pro Alimentos, el Gobierno provincial aprobó y financió la plantación de otras 1.800 hectáreas para abastecer al viejo Ingenio Azucarero de San Javier; ésas, sumadas a las 200 hectáreas aprobadas entre finales de 2011 y principio de 2012 deberían dar un cálculo cercano a las 3.000 hectáreas.La conclusión fue lapidaria. De las 1.800 hectáreas impulsadas en 2010 sólo se plantaron unas 500.Apenas 1.300 hectáreas representan un fracaso rotundo. Menos del 50% de lo previsto. Y eso sin contar con los planes de plantación financiados con anterioridad, con recursos del Fondo Especial del Tabaco (FET), entre 2005 y 2008, con participación del IFAI, el Ingenio Azucarero y la Asociación de Plantadores de Tabaco (APTM), que terminaron en denuncias penales por estafa a los productores; dejando tres procesados y el recuerdo de la tristemente célebre frase del actual diputado Raúl Revisnki: “los muchachos vieron que podían hacer una moneda y se prendieron”.Para que planten cada hectárea el Gobierno repartió 5.000 pesos en efectivo. Fueron unos 9.000.000 de pesos en 2010 y otro millón entre 2011 y 2012. Entre seis y siete millones de pesos se escurrieron como agua entre los dedos, sin el resultado esperado. Con lo plantado se justificarían apenas unos tres millones o un poco más. La información no es oficial pero fue chequeada por varias fuentes del Ingenio, del IFAI y del Ministerio del Agro.El fracaso del Pro Alimentos en la cuenca cañera ocurrió básicamente por dos razones: el Ministerio del Agro entregó el dinero en efectivo a los productores y la mayoría le dio otros destinos (motos, televisores, celulares, etc); y por otro lado la desconfianza que generaron 10 años de manejos amañados e sospechados de irregulares en el Ingenio Azucarero, bajo la gerencia de Marciano Martínez, llevó a los colonos a descreer de los resultados impulsados por el Gobierno desde Posadas.Asumiendo la realidad dijo Closs en agosto: “Muchos agricultores aprovecharon muy bien los recursos del Pro Alimentos, pero otros se los ‘fumaron’. Un ejemplo es lo que pasó en la zona cañera que tendría que tener entre 600 y 700 hectáreas más plantadas”.Una máquina de tragar dineroLa cuenca cañera y el viejo Ingenio Azucarero son como una máquina de tragar dinero. En octubre el gobernador anunció la inversión de 15 millones de pesos; 10 millones para modernizar la planta a través de un convenio con la empresa tucumana Metalar SA, y otros cinco para extender la cantidad de hectáreas de caña con el objetivo final de llegar a unas 4.000 en 2014.Durante ese anuncio Closs expuso los siguientes números: con 1.300 hectáreas de las que salen 35 toneladas de caña por hectárea a un rendimiento de 5% ciento se obtienen 1.800 toneladas de azúcar; las cuales vendidas a un precio de $3,90 generan ganancias por siete millones de pesos.Ambicioso, Closs dijo: “buscamos que ingresen al ingenio 900 toneladas de caña por día, pasar a 3.500 o 4.000 hectáreas plantadas y ponerlas a producir a 50 toneladas por hectárea. De esta forma, si además producimos 180 días, alcanzaremos las 16.200 toneladas y pasaremos de siete millones de pesos a 63 millones por año. Ese es el objetivo”.Según fuentes muy bien informadas a las que consultó PRIMERA EDICIÓN, los números que le acercaron al mandatario no fueron del todo precisos.Los datos a los que accedió este diario son menos optimistas. Hubo que juntar caña durante tres o cuatro días, a veces una semana, para moler 450 toneladas durante una jornada. El problema es que no hay suficiente materia prima. Tampoco se compraron 45 mil toneladas sino que apenas serían 20 mil. Y el rendimiento tampoco habría sido de 5% sino menos, 3,5%, obteniéndose al final solamente 700 mil kilos de azúcar, no 1.800.000 kilos como se le informó a Closs. Los ingresos tampoco habrían llegado a siete millones sino que serían menos de cinco.El Ingenio consume cerca de 20 millones de pesos anuales, entre reparación, funcionamiento, compra de materia prima y sueldos de personal. Lo cual arroja un déficit anual de entre 10 y 13 millones de pesos, según fuentes de PRIMERA EDICIÓN.Cuando el Ingenio era cooperativa, antes de expropiarse, producía entre siete y ocho millones de kilos de azúcar por año, diez veces más que en este 2012. Especialistas consultados aseguraron que en un futuro cercano también se deberá sincerar el precio que el Ingenio paga por la materia prima. Con la intención de incentivar a los productores a apostar nuevamente por la producción, el gobierno dispuso un promedio de 280 pesos por tonelada, mucho más de lo que pagan por ejemplo Brasil y Tucumán, dos gigantes del rubro, donde la tonelada entregada en planta oscila alrededor de 160 pesos.Estos valores deberán sincerarse en algún momento para revertir el millonario déficit.Marciano Martínez, debilitadoEl polémico administrador del Ingenio Azucarero, Marciano Martínez, llevó a la empresa a los peores niveles de producción y déficit de su historia. El mismo Closs lo cuestionó pero por esas cuestiones inentendibles de la política, el gobernador no pudo moverlo, cuando todos esperaban que el 10 de diciembre pasado fuera su último día en el cargo.Luego del arribo de Maciel a la presidencia del IFAI, comenzó un ordenamiento administrativo y económico a través del cual se descubri
eron manejos poco claros, los cuales con el tiempo se intentan regularizar. Pero esta situación debilita a Martínez, y por esta razón sus allegados comenzaron una campaña de desprestigio contra la nueva gestión del IFAI.Marciano Martínez ya no maneja el depósito del Ingenio ya que se le colocó un funcionario a controlar el ingreso y egreso de bienes; tampoco las contrataciones debido a que se habría hallado a cerca de treinta empleados que no tenían funciones específicas en la industria y que figuraban como personal temporario. También perdió el poder de decisión sobre los puestos a los que se asigna a cada trabajador. Los cargos en el Ingenio se repartían como premio o castigo, de acuerdo a la relación del trabajador con el administrador. Ahora todas esas resoluciones salen de presidencia del IFAI.Igualmente, el administrador del Ingenio se sostiene ya que conoce como la palma de su mano los distintos manejos y desmanejos que se realizan en beneficio de funcionarios locales y provinciales, de sus testaferros y parientes.A uno de sus colaboradores más cercanos se le escuchó decir que “un empresario de Posadas, muy vinculado al gobernador, compró 700 hectáreas en inmediaciones del Cerro Monje”. Meses atrás se pudo a ver a personal del Ingenio trabajando en esa chacra donde plantaron cerca de treinta hectáreas y habría sido por orden del administrador.También hubo quejas porque un Gerente del IFAI, a principio de año, habría vendido ocho hectáreas de pino y eucalipto del predio del Ingenio por sólo 40 mil pesos, cuando en el mercado valen diez veces más. Este mismo funcionario estaría vinculado a varias empresas forestales y sería socio de un alto directivo de Emsa en una empresa consultora que realiza las carpetas del 80% de los planes forestales de la provincia.Fuentes del Ingenio revelaron también que un importante asesor del gobernador, oriundo de Alem, también tendría una extensa chacra donde personal del Ingenio habría trabajado plantando caña. En la chacra de este asesor clossista se habrían “rozado” varias hectáreas de monte, a pesar de estar prohibido por Ecología. Dicen en el entorno de Marciano Martínez que estas actitudes hacia la cúpula del gobierno lo fortalecen en su interna con Maciel, a pesar de haber perdido ya varias batallas.





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