POSADAS. Los habitantes del barrio Inga y otros cercanos al club Educación volvieron a sacar a la luz el problema de intrusión en esa zona que comenzó en junio último sobre un terreno privado, donde se instalaron unas treinta casillas, pero que ahora pareciera agudizarse porque poco a poco se van agregando nuevos ocupantes en la parte trasera de la Escuela 802, muy pegados al establecimiento educativo.Este nuevo asentamiento, que oficialmente el municipio y “tierras” dijeron en ese momento no poder hacer nada para evitar la intrusión por tratarse de un predio privado que no estaba debidamente cercado y sus dueños notificados, creció notoriamente y hoy es una villa donde hasta funciona un merendero. Está ubicado unos 200 metros al oeste del Club Educación, frente a grupo de casas del Iprodha casi terminadas y del barrio Prosol 1.“Nosotros avisamos que esto se podía descontrolar y que generaría inseguridad en la zona y nadie hizo nada. Vivimos en el barrio del Iprodha y nada de esto había cuando nos entregaron las casas. Ahora se volvió peligroso, los colectivos no quieren ingresar a la noche, ya hubo varios incidentes, entraron a robar en algunas viviendas, porque acá la gente es trabajadora y no está durante gran parte del día”, manifestó Roberto, un vecino que prefirió mantener su apellido en reserva por temor a represalias. Inicialmente, la promesa de los intrusos era que no iban a acercarse demasiado a la Escuela 802, que dejarían un espacio de unos veinte metros, pero sin embargo siguieron instalándose nuevas casillas, incluso en la parte trasera del establecimiento educativo y el temor es que avancen sobre otro gran espacio verde existente. “Hace pocos días estaban midiendo el terreno de la esquina, que por lo que averiguamos es fiscal, está al costado derecho de la escuela. Están haciendo el mismo procedimiento que la vez anterior, vienen con unos hilos, miden como para subdividir en cuadrados y no nos extrañaría que en cualquier momento se metan allí y la escuela quede en el medio de la villa y nosotros con nuevos vecinos”, destacó Analía, otra vecina del lugar, que está preocupada por el tema. Más adelante agregó que resulta “una vergüenza todo esto, y nos indigna, porque así quiere decir que cualquiera puede entrar y adueñarse de algo que no es suyo, porque convengamos que puede ser un terreno de un privado o del mismo Estado. No es excusa suficiente que el Gobierno no puede hacer nada si se meten en un lote privado, tienen que actuar de oficio, o me pregunto si la Policía observa que están entrando a una casa personas con actitud sospechosa ¿no van a hacer nada? Acá pasa algo similar”.





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