POSADAS. A quince años de recibir el riñón que salvó su vida, el posadeño Pablo Rodríguez se consagró con cuatro medallas de oro, una de plata y una de bronce en natación en el marco de los IX Juegos Argentinos y VI Latinoamericanos para Deportista Trasplantados que culmina hoy en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD). Un largo camino recorrieron Pablo y su familia desde que un año y medio después de su nacimiento le diagnosticaron insuficiencia renal crónica terminal, secundario a síndrome nefrótico segmentario y focal. Un camino que llevó a la familia a mudarse de Posadas a Buenos Aires para estar cerca de los médicos que tratan a Pablo desde muy pequeño. Según contó su papá, Miguel Rodríguez, a PRIMERA EDICIÓN, “al año y medio de nacer Pablo se enfermó del riñón. Durante diez años viajamos al Hospital Italiano (Buenos Aires) para seguir su tratamiento. Prácticamente nos pagábamos todo nosotros, la comida, los traslados… el IPS sólo nos cubría el tratamiento en el Italiano, incluso los estudios debíamos pagar el 50% y a veces el 100%”. Según recordó, su hijo fue trasplantado el 19 de junio de 1997 y en mayo de 2000 iniciaron un juicio de amparo, por que la obra social provincial se negaba a pagar los estudios. Recién en febrero de 2001 se dictó sentencia y la Justicia obligó al IPS a prestar a Pablo los servicios correspondientes al seguimiento del trasplante efectuado debiendo brindarle una cobertura del 100% de los estudios y tratamientos que requiera el Hospital Italiano con costas.Malos recuerdosAntes de esta sentencia, los padres de Pablo pasaron muchas penurias. “No nos daban la plata para afrontar los estudios y nos vimos obligados a volver a Posadas. Allá, donde no había un centro de diálisis pediátrico (tampoco lo hay en la actualidad), recibió diálisis en un centro para adultos. Y Pablo perdió cinco kilos de masa muscular que fue reemplazado por líquido, lo que le provocó un edema agudo de pulmón y graves problemas cardiológicos… después de luchar para conseguir la derivación, llegamos con mi hijo apenas vivo al Hospital Italiano. Ni siquiera lo trasladaron en un vuelo sanitario, en el aeropuerto de Buenos Aires tampoco lo esperaba una ambulancia para llevarlo al hospital. Pablo ingresó directamente a Terapia Intensiva”, relató.Fue en esa oportunidad que los médicos recomendaron a la familia que no regresaran a Misiones. “Pablo estaba internado y nosotros vivíamos en nuestro auto… hasta que un día volvimos del hospital y nos encontramos que nos lo habían robado. Un amigo de Eldorado nos prestó su departamento para que nos alojáramos”, rememoró Miguel agradecido.Poco después, Pablo fue trasplantado del riñón y sus padres iniciaron un juicio al IPS para lograr que la obra social se hiciera cargo del tratamiento y estudios que se requerían para garantizar la vida de su hijo. “Pablo luchó siempre por su vida y es un orgullo muy grande para nosotros que este jueves se haya ganado seis medallas. Como decimos siempre, hay vida después del trasplante. Por eso, queremos compartirlo con todos los misioneros y recordar que la vida no tiene un valor económico. Queremos amigarnos con el gobierno misionero, decirles que nos reciba y reconozca que tiene que pagar por todos los daños y perjuicios que nos hicieron (hay un juicio en curso). Nosotros casi perdimos nuestra casa (en Posadas), nos cortaron la luz y el agua… todo tuvimos que refinanciar. Han pasado varios gobiernos y esperamos que el presente – al menos- le de una oportunidad a Pablo y reconozca sus derechos como persona y paciente”. Miguel Rodríguez tiene otros dos hijos, Patricia y Edgardo. “Esta familia se ha propuesto salir adelante, hemos hecho un proyecto de vida pensando en Pablo, en nosotros y también en mucha gente más porque desde hace diez años que tenemos este emprendimiento social que beneficia a más de 2.500 familias que trabajan en las cooperativas”. Proyectos Pablo tiene hoy 26 años, terminó sus estudios primarios y secundarios. Se recibió de chef y en la actualidad trabaja en el comercio familiar que es un emprendimiento de economía social donde se comercializan productos de muchas cooperativas de Misiones, entre ellas la de Ruiz de Montoya, Puerto Rico, Instituto Línea Cuchilla e Instituto Don Bosco. Según contó su papá a PRIMERA EDICIÓN, planea viajar a Sudáfrica para participar de la instancia mundial y, por supuesto, en 2015, se entrenará para participar de los Juegos Mundiales para Trasplantados que por primera vez tendrá sede en Argentina (Mar del Plata). Según destacó Miguel Rodríguez, “estos juegos organizados por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) están destinados a fomentar la donación de órganos demostrando que hay calidad de vida después del trasplante. Un donante más un Estado presente es igual a vida… Pablo tuvo su donante pero un Estado provincial presente”. Más de 250 deportistas Esta edición de los Juegos Argentinos y Latinoamericanos para Deportistas Trasplantados reúne a más de 250 participantes de todo el país y de Brasil, Paraguay, Perú, Venezuela, México y Panamá. Todos los deportistas se encuentran en las instalaciones del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD) participando de distintas disciplinas, como atletismo, natación, ciclismo, tenis, tenis de mesa, ajedrez, golf, bowling, voley y squash, actividades deportivas recomendadas como saludables para personas en estas condiciones de vida, debido a sus beneficios físicos y psíquicos. Desde Misiones viajaron dos deportistas trasplantados: Juan Alvarado, que compitió en atletismo y Guillermo Rafael Ramos, en maratón y voley. Ambos son trasplantados de riñón.





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