SAN VICENTE. Finalmente, el salón Nicolás Copérnico, que pertenece a la Congregación Redentorista de la Iglesia Católica, fue alquilado y funcionará como boliche. Empresarios lograron alquilar el local y generaron un descontento de la sociedad y comunidad de la parroquia San Vicente de Paul y Virgen del Perpetuo Socorro. El párroco Juan Skowronski no consultó con la Comisión Económica ni con los superiores para tomar la decisión, afirman. La intención era repararlo para darle una función social como era hace muchos años.Fue una sorpresa para todos, incluso para los demás sacerdotes que trabajan en la parroquia San Vicente de Paul y Perpetuo Socorro. Hace dos semanas el propio padre Jorge Maniak se acercó al salón a buscar materiales de construcción y encontró a personas desconocidas trabajando en el interior. Pretendió pedir explicaciones y fue echado como un completo desconocido del lugar y luego denunciado por intrusión y forcejeo con una de las mujeres que estaba en el interior.Pronto se convocaron los integrantes de la Comisión Económica de la Iglesia y otros integrantes de la grey y pidieron explicaciones por la presencia de ajenos en ese lugar. Ahí se encontraron que el párroco Juan Skowronski, quien comunicó que el lugar fue alquilado. El sacerdote había contactado a una inmobiliaria local para que alquilara el salón.La intención de los integrantes de la Comisión Económica era reparar la estructura y mejorarla para que volviera a ser útil para la comunidad como lo era hace años.El salón Copérnico fue construido por el padre Jorge Maniak e inaugurado en 1974. Por muchos años fue el edificio más grande de esta ciudad y hasta mediados de la década pasada prestaba servicio social.Cada ciudadano podía alquilar el salón y utilizarlo para reuniones comerciales, sociales y fiestas. Luego una empresa inmobiliaria local tomó un poder para manejarlo y lo alquiló para un boliche bailable. Primero hubo un grupo de empresario que trabajó y no tuvo éxito, luego vino otro empresario que corrió con la misma suerte y al final estuvo dos años cerrado.Desde la Comisión Económica se pretendía invertir parte de las ganancias que dejó la organización de la Fiesta Patronal del 27 de septiembre para recuperar el salón Copérnico. La sociedad y los integrantes de la comunidad católica siempre tuvieron la ilusión de que vuelva a cumplir con la función por la que fue construido.De igual manera había contactado con dirigentes políticos para solicitar fondos del estado para su reparación. Como son trámites largos y muchas veces infructuosos, no se quería generar expectativas antes de tener una respuesta favorable al proyecto.Durante las últimas horas, integrantes de la Comisión Económica junto con empresarios y profesionales buscaban la forma de cancelar el contrato, pero los inquilinos pidieron una suma importante de dinero por la inversión que habrían hecho en las mejoras del salón. Desde la Iglesia pretenden reconocer los gastos que tuvo la familia que alquiló el lugar pero que sean costos reales y no inflados.También la intención es que se retire la denuncia en contra del padre Jorge Maniak. El mismo asegura que desconocía que el salón había sido alquilado y lo que hizo fue defender lo que es de la iglesia y de la comunidad. Fue sacado en reiteradas ocasiones por los que estaban trabajando e incluso cuando intervino personal de la Policía de la provincia.Los nuevos inquilinos dicen que el salón Copérnico va a funcionar como un salón comunitario y que cualquiera va a poder utilizarlo. Los inquilinos tenían un local alquilado a pocos metros del Copérnico que funcionaba como boliche bailable. Pretenden hacer de este local un lugar de alquiler de eventos y anexarlo un local de comidas.





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