BUENOS AIRES (NA). La edición del superclásico del fútbol argentino, a jugarse el domingo venidero desde las 15.30, por la duodécima fecha del Torneo Inicial, difícilmente se cuente entre las que mayores expectativas de buen fútbol han despertado, en especial por lo desteñido del presente tanto de River como de Boca, rivales que volverán a encontrarse en forma oficial tras 17 meses.Alejados de la punta, los equipos más grandes del país no encuentran la mejor forma futbolística, aunque las satisfacciones han aparecido por ambos lados en forma esporádica.Ni uno ni el otro son un desastre, como para que los hinchas pidan con argumentos razonables la remoción de los técnicos o las bajas de algunos futbolistas.Boca fue finalista de la Copa Libertadores de América, ostenta buenos números en las estadísticas, alzó la Copa Argentina tras la final contra Racing y ganó el clásico que lleva disputado por el Inicial, sobre Independiente.River hilvanó dos goleadas interesantes y, recién regresado de la Primera B Nacional, exhibe la delantera más efectiva del torneo aunque como su rival, sufre en defensa. Necesita como el aire ganar el Superclásico para no quedarse con el único halago de haber sido “el” campeón del ascenso y, a lo sumo, apostar a ganar el otro clásico que le queda, frente a Independiente.




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