LA HABANA, Cuba (AFP). Cuba flexibilizará su política migratoria a partir del 14 de enero con la supresión del permiso previo de salida y otras restricciones, vigentes desde hace décadas, pero culpó a la política de Estados Unidos por los límites de esa flexibilización.Decretos publicados ayer en la Gaceta Oficial, firmados por el presidente Raúl Castro y otros funcionarios, suprimen el permiso de salida que las autoridades podían conceder o negar a los solicitantes, los que debían pagar 150 dólares. La medida también elimina la necesidad de una carta de invitación para viajar al extranjero, solicitada por parientes o amigos en otros países a un costo de 200 dólares y prolonga de 11 a 24 meses la autorización de estancia en el exterior de los ciudadanos cubanos. También suprime el costo del permiso de entrada para los emigrados cuando viajan a Cuba y extiende su período de visita de uno a tres meses, prorrogables.Esta reforma migratoria fue anunciada hace dos años por Raúl Castro, quien en 2006 sustituyó a su hermano enfermo, Fidel, y se realiza en el marco de cambios para “actualizar” el modelo cubano. Desde el 14 de enero, los cubanos sólo precisarán su pasaporte para viajar a otros países, además de las visas que eventualmente exijan los países a visitar. Los mismos decretos establecen que no tendrán derecho a pasaporte presos, procesados por la Justicia, deudores del Estado y los que por razones de defensa y seguridad nacional, las autoridades estimen que no deben ser acreedores de ese documento.La bloguera opositora Yoani Sánchez, quien asegura que le fue negado el permiso de salida en veinte ocasiones, comentó en twitter.com/yoanisanchez que “mis amigos dicen que no me haga ilusiones con nueva Ley Migratoria… me aclaran que yo estoy en la ‘lista negra’ Pero lo intentaré”. Otros cubanos, que no entran en esas categorías de impedidos de obtener pasaporte, precisarán permiso de sus jefes para solicitar el pasaporte. Se trata de militares, profesionales, médicos y deportistas de altos rendimientos, cuyos resultados resultan “vitales” para el desarrollo del país, en todas las áreas. La supresión del permiso de salida, la carta de invitación y otras restricciones fueron unas de las demandas más frecuentes en las asambleas populares previas al VI Congreso del Partido Comunista, celebrado en abril de 2011, y de una serie de académicos como Esteban Morales y artistas como Silvio Rodríguez, ambos simpatizantes del Gobierno.Según Granma, “paulatinamente se adoptarán otras medidas relacionadas con el tema migratorio, las cuales, sin dudas, coadyuvarán también a consolidar los prolongados esfuerzos de la Revolución en aras de normalizar plenamente las relaciones de Cuba con su emigración”.Los argumentosEl gobierno de Raúl Castro dijo que “el robo de cerebros” practicado por Estados Unidos obliga a Cuba “defenderse en este frente” y que eso explicaba los límites de la apertura migratoria anunciada.“Mientras persistan las políticas que favorecen el robo de cerebros, dirigidas a despojarnos de los recursos humanos imprescindibles para el desarrollo económico, social y científico del país, Cuba estará obligada a mantener medidas para defenderse en este frente”, dijo un editorial del diario oficial Granma.Para viajar al extranjero, los cubanos sólo precisarán a partir de esa fecha el pasaporte, al que no tienen derecho los procesados o condenados judicialmente, los que tienen deudas con el Estado o “responsabilidad civil”, o los menores de 18 años sin autorización notarial de padres o tutores.Granma considera que “cualquier análisis que se haga de la problemática migratoria cubana pasa inexorablemente por la política de hostilidad que el Gobierno de Estados Unidos ha desarrollado contra el país por más de cincuenta años”.Señaló “el doble rasero y el carácter inhumano de esta política, que estimula por una parte las salidas ilegales del país, y por otra obstaculiza la posibilidad de emigrar de manera legal, ordenada y segura, ha tenido la clara intención de convertir a los cubanos que desean establecerse en otros países, en supuestos opositores políticos y en un factor de desestabilización interna”.Indicó que los éxodos masivos de Camarioca (1965), Mariel (1980) y la crisis de los balseros (1994), durante los cuales decenas de miles abandonaron Cuba son “consecuencia de esta irracional e irresponsable política” de Washington.Las nuevas medidas anunciadas “se inscriben dentro del proceso irreversible de normalización de las relaciones de la emigración con su Patria”, dijo el editorial, en referencia al millón y medio de cubanos emigrados, 80% de los cuales a Estados Unidos.





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