POSADAS. La dramática historia de una niña y sus hermanitos en total estado de abandono trascendió ayer, después de que una tía de las pequeñas radicara una denuncia ante la Policía luego de notar que su sobrina de cinco años tenía la cabeza agusanada.El espeluznante episodio sucedió en una humilde vivienda del barrio Santa Clara II, en Garupá, donde las autoridades encontraron además en calamitoso estado a una hermanita de siete años, con una población de insectos en sus miembros inferiores que no le permitía caminar normalmente.Ante el accionar de los uniformados, las dos niñas quedaron internadas en el Hospital de Pediatría Fernando Barreyro. A la más grande los médicos le extrajeron unas 150 larvas que habían ocupado una parte importante de la cabeza de la pequeña.Imagen impactanteLa denuncia fue radicada el último fin de semana en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional X, emplazada en el corazón del barrio Fátima, al sur del Gran Posadas.Hasta ese lugar llegó una mujer que aseguró que sus sobrinas se encontraban en calamitoso estado de salud, prácticamente abandonadas por sus propios padres.Enseguida, una comisión encabezada por la oficial principal Nidia Neitzke, al frente de esa dependencia, partió hacia la humilde vivienda del barrio Santa Clara II de Garupá. También participaron del procedimiento efectivos de la comisaría seccional Quinta.Cuando llegaron, los efectivos policiales descubrieron que la denunciante no mentía. En la casa de precarias condiciones viven cinco hermanitos de cuatro, cinco, siete, diez y doce años, junto a sus padres.En la cabeza de la niña de cinco, las autoridades descubrieron una verdadera población de larvas que anidaban sobre una suerte de orificio. La impactante imagen conmovió al más fuerte de los policías.En tanto, la niña de siete años también fue trasladada hasta Pediatría, ya que sus miembros inferiores estaban literalmente plagados de “piques”, como se conoce en la zona al “tunga penetrans”, una suerte de pulga que se introduce bajo la piel y produce prurito intenso y daños en los tejidos. Hasta tal punto la menor estaba invadida que prácticamente no podía caminar sin ayuda.Según contaron entonces los vecinos, al parecer la madre había recibido en numerosas ocasiones la visita de los promotores de salud del CAPS del barrio, pero casi nunca los dejó entrar. “Quizás por ignorancia, ella no quería saber nada con ellos”, reveló la misma fuente que aseguró que luego del operativo la progenitoria amenazó con denunciar a personal de salud “porque se metieron en la casa”.El lamentable cuadro terminó de completarse cuando los policías descubrieron que el padre de las criaturas tiene problemas de alcoholismo y casi nunca está en la casa.El caso quedó en manos de la Justicia de Familia, que ayer por la tarde aguardaba el informe definitivo del médico policial. Según se supo, desde el hospital de Pediatría se informó que las niñas internadas no sufrían de desnutrición.Así las cosas, también ayer se esperaban una serie de medidas cautelares que definirán quién se hace cargo de los pequeños. Además, será la Justicia de Familia quien deberá establecer si existió abandono de persona y si el caso pasa al fuero penal.De una u otra forma, lo cierto es así quedó en evidencia un nuevo caso de pobreza, abandono y exclusión en el que, de nuevo, las víctimas de todo terminan siendo los más chicos. Un antecedente muy cercanoEl 4 de julio pasado, este medio publicó un caso muy parecido, aunque con ribetes un tanto diferentes, que ocurrió en San Pedro.En esa localidad vivía una menor de siete años junto a su madre y su padrastro en total estado de abandono. El padre biológico de la niña, con domicilio en Capital Federal, viajó un día para visitarla y se encontró con una verdadera pesadilla.“Estoy desesperado, no sé qué hacer, encontré a mi hija con heridas en todo el cuerpo, con gusanos detrás de la oreja”, le contó en ese momento a PRIMERA EDICIÓN el hombre, de 32 años. La niña también le había dicho que su padrastro la obligaba a beber alcohol y a fumar.El desesperado padre radicó una denuncia contra su ex mujer y el padrastro por abandono de persona. Mientras, la menor de edad logró recuperarse después de ser asistida en el hospital Samic de Eldorado.Al poco tiempo, por disposición de la Justicia, la niña junto a una hermanita fueron entregadas al padre biológico, que las llevó a vivir con él en Capital Federal. De esa manera terminó el calvario para las dos pequeñas víctimas. Otra vez menores.





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