BUENOS AIRES (NA). El economista de FIEL Abel Viglione advirtió que “la brecha cambiaria es consecuencia de la ausencia de una política macroeconómica que busque preservar la estabilidad de precios” y consideró que “el control de cambios vino para quedarse”. Advirtió que los controles “no se pueden levantar a este precio del dólar oficial; sí a otro precio, más elevado”. “Se puede vivir con inflación alta y brecha cambiaria elevada durante algún tiempo, pero conlleva costos. Ignorar la inflación y tratar de corregir el problema apostando al control cambiario es equivocar el camino. El problema es la inflación, no la disponibilidad de divisas”, sostuvo.En una nota publicada por el diario Perfil, Viglione explicó que “para los argentinos, el desfase entre la inflación y devaluación del peso ha significado históricamente, y hoy también, un enorme incentivo a comprar dólares que se perciben como baratos”.“La brecha entre el tipo de cambio paralelo y oficial es una vieja conocida en nuestro país si miramos la historia del tipo de cambio”, señaló.Viglione explicó que históricamente “los períodos de tiempo en que existieron (brechas cambiarias entre una cotización oficial y otra paralela del dólar) fueron extensos, siendo el menor período de 35 meses”. También precisó que “acontecieron tanto con gobiernos democráticos como en los surgidos por golpes de Estado” y que “cuando gobernó el Partido Justicialista siempre hubo controles de cambio, excepto durante el período presidencial de (Carlos) Menem y (Eduardo) Duhalde”. Subrayó que “la brecha cambiaria no es estable, puede incrementarse o reducirse fuertemente de acuerdo con los acontecimientos económicos y políticos”.“La mayor brecha cambiaria se registró en febrero de 1975, cuando alcanzó el 378%. A partir de ese año, comenzó la dolarización de la economía argentina, que hasta la fecha ha sido imposible de cambiar, o pesificar”, puntualizó.





Discussion about this post