Posadas. Un trabajo práctico y la visita a una aldea aborigen en la localidad de Ruiz de Montoya llevó a que tres estudiantes coordinaran talleres de cocina con las mujeres de Tacuapy para mejorar la alimentación y aprovechamiento de los alimentos. En ese marco y de manera solidaria durante esta semana se dedicarán a recaudar mercadería para acercar hasta la comunidad mencionada. El taller fue solicitado por el mismo cacique Hilario Acosta, quien se acercó hasta las jóvenes Jennifer Zimmermann, Florencia Díaz y Laura Prokopchuk, cuando las estudiantes se encontraban de visita en otra aldea vecina. “Directamente nos pidió talleres para variar su alimentación”, comentaron las alumnas que aclararon que la actividad será concretada el 23 de octubre de manera extra-curricular y con el asesoramiento de una licenciada en Nutrición que también participará de la visita y clases que realizarán ese día. “Nosotras habíamos ido primero a la aldea Caá Cupé y cuando regresábamos el cacique de Tacuapy nos encontró en la salita y se acercó para pedirnos si podíamos ir a su aldea”, recordaron. Respondiendo a la solicitud Acosta y luego de interiorizarse sobre la realidad y las características alimentarias, las jóvenes accedieron y para la otra semana están preparando el taller para las 27 madres de la aldea. Laura señaló que de acuerdo con el relevamiento que hicieron la alimentación se basa principalmente en harinas y dependen de la mercadería que adquieren a través de la tarje magnética que provee el Estado. Jennifer, en tanto, agregó que una de las problemáticas que percibieron es la incorporación de los alimentos a temprana edad: “Hay casos donde los chicos toman teta hasta que se cansan sin sumar otro tipo de alimentos, y otros, donde muy temprano ya comen lo mismo que el resto del grupo”. Incluso indicaron que hasta la leche está desaprovechada, “están llenándole de agua, porque o no saben o quieren hacer rendir”.Para ese caso puntual, agregaron que el problema además es que no tienen mamaderas y por ese motivo durante la próxima visita buscarán la forma de marcar en el vaso que cada una prepara la cantidad de agua la cantidad de leche “para que el margen el error sea mínimo”.Una de las cuestiones que remarcaron fue que no son las únicas que están ayudando a la aldea y destacaron el trabajo de una iglesia evangélica que sustenta el comedor de la escuela que tiene 90 alumnos. “La verdad creemos que gracias a esta tarea no hay más desnutridos”, indicaron y precisaron que saben que hay tres casos de chicos que se encuentran en el programa provincial Hambre Cero.Laura insistió que “la idea no es cambiar sus costumbres, sino cocinar con los ingredientes que tienen para que puedan aprovechar mucho mejor”. Para las mamásLas estudiantes ya acordaron con el cacique que el taller que están organizando es para las mamás y que prefieren que estén ellas solas con una sola persona que les oficie de traductor. En ese sentido, comentaron que en las entrevistas que realizaron y en el marco de la cultura de los aborígenes las mujeres se mantienen atrás de sus maridos y que son muy tímidas. “Entonces la idea es poder tener una buena charla y que ellas se animen a preguntar para despejar sus dudas”, coincidieron.Pocos utensiliosLos utensilios de cocina también es un punto importante para las estudiantes a tener en cuenta al momento de organizar el taller, ya que ejemplificaron “no podemos decirles que rallen una zanahoria si no tienen ni usan rallador, entonces estamos pensando también en esas cosas”.La aldea Tacuapy se encuentra a un poco más de cinco kilómetros de Ruiz de Montoya, las estudiantes indicaron que según el relevamiento realizado tiene unos 300 integrantes y las madres un promedio de tres hijos. Además de adquirir los alimentos a través de la tarjeta social, para lo cual -según contaron- “dicen que una camioneta de un supermercado de Jardín América los traslada desde la aldea para realizar las compras en su local, tienen algunas plantaciones cuya producción también utilizan”.“Pedimos ayuda, alimentos no perecederos, porque además de realizar el taller queremos acercar las cosas que más necesitan”, contaron expectantes por el resultado. Por inquietud del caciqueHilario Acosta, cacique de la aldea Tacuapy, fue quien se acercó a las estudiantes y solicitó la realización de un taller o clases para que las madres pudieran preparar más variedad de alimentos. En ese sentido, las chicas visualizaron la falta de nutrición en los más chicos y las mismas mujeres y la necesidad de por ejemplo: enseñarles a preparar y aprovechar mejor la leche en polvo fortificada que reciben de un programa del gobierno. “Hay mucha gente que ayuda, que se acerca, no queremos decir que somos las únicas, por ahí a las mujeres de la aldea les cuesta incorporar dentro de lo que preparan”, comentó Laura Prokopchuk. Mencionaron además que el hijo del cacique, Desiderio, fue uno de los primeros agentes sanitarios aborigen que realizó la tarea.





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