La disertación de la presidenta Cristina Kirchner en la prestigiosa Universidad de Harvard, brindada en el marco de la realización la Asamblea Anual de las Naciones Unidas, reprodujo el clima de confrontación instalado en el país tras la reaparición de los “cacerolazos” de sectores medios descontentos con las políticas del gobierno kirchnerista.El escenario fue propicio para que la primera mandataria, respondiendo a la pregunta de un estudiante, abordara por primera vez el tema de la reforma constitucional que promueven algunos sectores del kirchnerismo para forzar un tercer mandato presidencial, hoy prohibido por la Constitución reformada en 1994, en base al “Pacto de Olivos”.Precisamente, Cristina citó este antecedente para remarcar que una eventual convocatoria exige una mayoría especial en el parlamento y no puede ser decisión unilateral de un partido: “No se trata de lo que yo quiero, sino de lo que puedo o debo. Es una cuestión abstracta. Hoy la Constitución no permite un tercer mandato. En mi país se discuten muchas cosas, no depende de mí una reforma constitucional, ni tampoco de un solo partido”, aclaró. Aunque no adelantó su opinión personal, al resaltar el acuerdo político amplio que se necesitaría para proceder a una modificación constitucional, la mandataria le puso paños fríos a una anticipada confrontación sobre la eventual reforma, a la que la intentan atraer algunos sectores de la oposición e incluso voces de su propio partido. El revuelo en torno del discurso en Harvard dejó en un segundo plano la intervención de la Presidenta en la asamblea de la ONU, donde defendió, en sintonía con el discurso de apertura a cargo de la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, las políticas de los países emergentes tendientes a evitar el “contagio” de la crisis recesiva de los países industriales. En el marco de la cumbre de la ONU, la mandataria argentina respondió también a las amenazas del FMI de sacarle la “tarjeta roja” a Argentina por no haber cumplido con la promesa de reformular el sistema de medición de la inflación que realiza el Indec, entre otros muchos temas. Las dudas que genera la medición oficial de las variaciones de precios también se trató a nivel provincial, pero en este caso los cuestionamientos fueron hacia la decisión tomada ocho meses atrás por el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (IPEC) de no cumplir con la publicación mensual del Indice de Precios al Consumidor y la Canasta Básica Alimentaria. Efecto avestruz“Son datos muy importantes para la población en general, para saber no sólo hacia dónde va la economía provincial, sino la de cada hogar”, destacó Claudio Wipplinger, diputado de Trabajo y Progreso y autor junto a su par Víctor Kreimer del pedido de informes que aprobó la Cámara en su sesión ordinaria de este jueves. El pedido de aclaración de Wipplinger al Ipec puso el dedo en una llaga que se extiende por todo el país, y que el pasado 19 de septiembre llevó a que el propio gobierno ultra k del Chaco decida no publicar más las cifras de inflación, debido a que “hay gran escepticismo y falta de credibilidad”. “En este momento, hay una proliferación de índices, que miden desde el Indec hasta consultoras privadas y organizaciones políticas. Todos están altamente cuestionados”, dijo el titular del organismo estadístico chaqueño, al fundamentar la insólita decisión de no publicar los datos que releva, o, en otra palabras, incumplir oficialmente y a sabiendas su cometido específico. Aparentemente, la gran mayoría de las administraciones provinciales adoptó esta pragmática táctica del avestruz, por temor a las represalias del poder central, que no admite haber creado el cuadro de escepticismo a partir de los ribetes políticos que tuvo la intervención al Indec. En la actualidad, sólo publican las variaciones de precios las provincias de Chubut, Santa Fe, San Luis, La Pampa, Neuquén y Tierra del Fuego. En la reunión de la Comisión de Presupuesto de la Legislatura a la que concurrió, por su parte, el encumbrado titular del Iprodha, Santiago Ros, reveló que el Gobierno provincial no está preocupado por la caída de recursos en 2013 e insistió con proyectos suntuarios, como el faro que quiere construir Closs en el Hito Tes Fronteras de Iguazú – casualmente ubicado en cercanías de un lujoso hotel propiedad del gobernador-.Ros señaló que el presupuesto bajó de los iniciales 108 millones a 66 millones de pesos, suma que, de todos modos, no deja de ser excesiva al tratarse de recursos del Estado que se usarán para dinamizar un circuito de negocios privados que desde ya mueve millones. También admitió que se gastarán 10 millones de pesos para instalar una réplica de las Cataratas en la avenida 9 de Julio de la Ciudad de Buenos Aires. Fuentes del propio Frente Renovador criticaron estos desbordes turísticos de Closs y contaron que recientemente el mandatario reunió a su círculo fiel de RR (Radicales Renovadores) para hacerles saber que no intentará ninguna pirueta para seguir en la Rosadita en 2015 ni influir en la candidatura que propondrá el oficialismo. En cambio, se ocuparía de hacer lobby para ocupar un puesto en la cartera turística nacional, habría confiado el propio Closs a su decepcionado entorno, que leyó la confesión como un “arrugue” frente al rovirismo. En ámbitos donde está activa la interna oficialista, aducen que la falta de energía de “Mauri” es por un profundo desinterés en la problemática social de la provincia, y a ello adjudican la falta de respuestas a los pequeños productores yerbateros o a los tareferos. Fuera de los aportes de programas nacionales -que se disfrazan de proyectos locales- y del cuestionado usufructo del FET, que responde por el 80% del presupuesto del Ministerio del Agro, es mínima la inversión del gobierno clossista en el agro. El posicionamiento del Ifai, con un presupuesto ampliado desde la asunción del nuevo director; sería el instrumento del rovirismo para compensar la “tendencia mediterránea” de Closs, en palabras de un habitué del Parque paraguayo. Las tensiones internas ocultas con vistas al reparto en 2015 de la “torta menguante” en el gobierno renovador, se refleja en ordenamientos de fondo. También a lo que se viene en materia electoral se deberían los cruces de rimbombantes declaraciones entre funcionarios de la renovación, como los que protagonizó desde su trinchera en Twitter el titular de la E
by, Oscar Thomas, en los últimos días, primero con Franco Bacigalupi, titular de Seguridad Acuática, y luego con “Balero” Torres, a quien criticó por gastar plata del Iplyc en “bolicheo inmobiliario”, en lugar de aplicarla a políticas sociales. Thomas, que ya había embestido contra Emsa, pareciera querer instalarse como una especie de Super Yo de la Renovación, capaz de juzgar vidas y haciendas. Sin embargo, Bacigalupi un funcionario que, se declaró “no político” y admitió que no tiene estructura para ejercer razonablemente su cargo, no se ahorró algunas reflexiones agudas: “No hay que empezar a cuestionar cosas, sino tendríamos que cuestionar toda la costanera y tengo mucho para cuestionar..”, disparó en “caliente”, en respuesta a las críticas de Thomas sobre sus dudas respecto a la próxima habilitación del balneario El Brete. “Los lugares donde se hicieron los balnearios no son los adecuados, los dos tienen problemas de contaminación, tiene tantos ingenieros y nadie se dio cuenta”, reflexionó Bacigalupi. Los técnicos de la EBY, como es sabido, no habrían acertado tampoco en la construcción de las paredes de contención del lago, que tuvieron que reparase de apuro cuando se llegó a cota final. En el último tramo se habría resuelto el problema sustituyendo el cemento por piedra, material que -según una fuente autorizada- es el que se utiliza en construcciones similares en el mundo. Aparentemente, las imprecisiones técnicas pasaron desapercibidas al enfocarse las críticas en lo más obvio, la corrupción institucional y el impacto ambiental y social negativo.





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