POSADAS. Se llevó a cabo anoche la prueba de Luminol en la escena del triple crimen de María Fleitas (47) y sus dos hijos, Mauricio (10) y Betiana (14). La pericia dio resultado “positivo”, es decir que se corroboró que los homicidios fueron cometidos dentro de la llamada “casa del horror”, tal como lo indicaban los indicios previos y la versión del confeso homicida, señaló un portavoz del caso. Una comisión judicial-policial se hallaba anoche (hasta el cierre de esta edición) en el lugar efectuando todas las pruebas reactivas que determinará la existencia de sangre en distintas superficies -tanto del interior como de sus alrededores- de la vivienda, conocida como la “casa del horror”, ubicada en el barrio Yacyretá de esta capital. Uno de los objetivos de los investigadores forenses ahora, con los resultados en la mano, será establecer la mecánica de los crímenes, que no habían trascendido aún. Esto es a grandes rasgos poder establecer quién fue la primera víctima o el orden en que fue perpetrada la masacre. Por el momento se sabe que la mujer descansaba en una de las habitaciones del inmueble, separada a la de sus hijos. Se cree que el hombre detenido por el espeluzante hecho habría limpiado minuciosamente tanto paredes como el piso, pese a que se sabe que los cuerpos fueron ferozmente cortados, los peritos no encontraron huellas de sangre en la vivienda a simple vista. Tan solo desorden en la fosa común en que fueron enterradas las víctimas. Finalmente con el Luminol se localizaron las manchas de sangre dentro de la casa, incluso donde se cree que el autor de la masacre trató de borrarlas, ya que posee un reactivo que dio positivo para la sangre. La pericia se realizó a la noche porque el reactivo fosforescente irradia mejor en plena oscuridad.EspeluznanteEn base a indicios lo que se pudo establecer hasta ahora es que María Fleitas y su hijo Mauricio fueron asesinados a fierrazos, presumiblemente con el canto de un hacha.Betiana, en tanto, fue literalmente degollada. Los tres cuerpos fueron enterrados en una fosa común que el confeso autor de los asesinatos, Juan Orbino, de 25 años, cavó debajo de una cama, en la habitación de los chicos. Antes seccionó brazos y piernas de las tres víctimas para que cupiesen en la fosa cavada a pico y pala. Fuentes de la investigación indicaron que Orbino solía quedarse a dormir en la propiedad situada en la calle 66, a unos treinta metros de la intersección con 115. La noche de la masacre se habría dado esa circunstancia. El lunes 17 pasado, a eso de las 15, Orbino se presentó en la comisaría seccional Sexta y confesó lo que había hecho. La Policía se dirigió a la escena y encontró los tres cadáveres. En cuanto al móvil del horrendo triple homicidio se sabe hubo un trasfondo de intereses por la propiedad ubicada en el barrio Yacyretá. Juan Orbino la reclamaba como suya, sobre todo después de la separación de hecho con María Fleitas. Alegaba que había pertenecido a su abuela y, por esa razón, ella y sus hijos debían abandonarla.Cabe recordar que algunos vecinos del barrio reclamaron recientemente la prisión perpetua para Orbino.





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