CANDELARIA. El asalto fallido con toma de rehenes suscitado el domingo, alrededor de las 18.30, en esta localidad no terminó con más de una persona fallecida por obra divina. El protagonista de esta historia, un adolescente de 17 años, gatilló la pistola nueve milímetros en la cabeza de la remisera a la que intentó robar pero el proyectil no salió.Posteriormente, el joven, ya cercado por los uniformados, se habría quitado la vida descerrajándose un disparo en la cabeza.Fuentes de la investigación indicaron ayer a este diario que “por el momento no hay un solo indicio que imponga otra teoría que no fuera la del suicidio” Todo comenzó el domingo, a eso de las 18.30, cuando un joven abordó un remis a la altura del acceso a la localidad de Candelaria.El coche de alquiler era conducido por una mujer de 48 años, llamada Ana.El pasajero pidió que lo llevara hasta el establecimiento de “Cerámica García”. Al llegar, indicó a la remisera que ingresara por un camino de tierra, hacia la ribera del Paraná, donde lo aguardaba su hermano.A los pocos metros, sacó un arma de fuego y amenazó con disparar si ella no le entregaba las llaves del Fiat Siena gris y el dinero. Como la víctima se negó, el muchacho gatilló la pistola nueve milímetros en su cabeza pero la bala no salió.En un clima de extrema tensión, ambos continuaron viaje tierra adentro, hasta el obrador de la empresa Esuco. Allí la conductora aprovechó un descuido, descendió y corrió en busca de auxilio, hacia un grupo de personas que estaban en ese lugar.El maleante, que fue tras ella, tomó a todos de rehenes. Siempre a punta de arma de fuego los obligó a ingresar en una zona de monte.Allí subió a una motocicleta marca Imsa e intentó darse a la fuga.Minutos después, la Policía montó un amplio patrullaje en la zona y dio con el sospechoso.Siempre al decir de la versión oficial, el adolescente se percató que la Policía estaba en sus talones y se introdujo en el interior de la estancia El Sosiego, en una zona de monte y malezas.Los uniformados cercaron la zona y minutos después, se escuchó una detonación.Para cuando ingresaron al lugar, encontraron al sospechoso tendido en el suelo, con sangre en la cabeza y a sus costados.IncautaciónEl parte policial dado a conocer por el departamento Prensa de Jefatura indicó que se incautó “una vaina servida, una pistola calibre 9 milímetros, de dudosa procedencia, once cartuchos de ese grosor, un DNI, un teléfono celular, una billetera y una batería de celular.Todos estos elementos estaban en poder de la víctima, añadió la misma especie.Tanto los policías que actuaron en el procedimiento como la víctima fueron sometidos al guantelete de parafina.El cuerpo, en tanto, fue trasladado a la morgue judicial para la realización de la correspondiente autopsia.En la causa interviene el Juzgado de Instrucción 6 de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Walter Balor. Guantelete a todo el mundoLa Justicia ordenó que todos los policías que pudieron haber intervenido en el hecho fueran sometidos a la prueba de parafina, una pericia orientativa que determinó que ninguno de ellos disparó un arma de fuego, según se indicó. El objetivo era que no quedaran dudas respecto de las circunstancias de la muerte del adolescente de 17 años que el domingo mantuvo en vilo a la Policía de Candelaria, después de asaltar a una remisera y tomar rehenes en plena huida.En otras palabras, confirmar que este muchacho se suicidó y no fue abatido en extrañas circunstancias.La Justicia también ordenó el secuestro de las armas de los policías que estuvieron cerca del sospechoso, antes del trágico desenlace.Desde el departamento Prensa de Jefatura se informó que el adolescente gatilló el arma de fuego en la cabeza de la conductora, pero afortunadamente el proyectil no salió.En la causa interviene el Juzgado de Instrucción 6, a cargo del magistrado Ricardo Balor, que se hizo presente en el lugar de los hechos.





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