LA PLATA (NA). El Tribunal Oral en lo Criminal 5 de La Plata condenó ayer a la tarde a 49 años de prisión a Emiliano Perandones, acusado de ser el “sátiro de la bicicleta”, que cometió treinta violaciones en la zona de La Plata. En un fallo unánime, los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal V encontraron culpable a Emiliano Perandones y coincidieron con la fiscal Maribel Furnus, quien la semana pasada había solicitado 49 años de prisión. Perandones, conocido como el “sátiro de la bicicleta roja”, estaba acusado de haber sembrado el terror entre 2005 y 2006 en Tolosa, Ringuelet, Villa Elvira, Hipódromo, las inmediaciones de la terminal de ómnibus platense y también en Berisso y Ensenada. El ahora condenado había sido imputado por la fiscal de atacar a mujeres de entre 14 y 22 años, en su mayoría rubias o de pelo castaño claro, mientras que una de las víctimas tenía su cabellera oscura.La semana pasada, durante su exposición, la fiscal recordó que peritos psiquiatras detallaron que cuando era menor Perandones violó en Adrogué a una mujer pero fue declarado inimputable por la edad. Al cumplir 18 reincidió y recibió una condena de siete años, cumplió la mitad de la pena por buena conducta y el 10 de noviembre de 2005 quedó libre, se fue a vivir con su novia a La Plata y días después comenzaron las violaciones. Los ataques los habría cometido hasta diciembre de 2006, cuando una de las víctimas lo reconoció en una estación de servicio YPF, en Ensenada, donde era empleado y allí fue detenido. El “sátiro de la bicicleta” elegía a sus víctimas, seguramente estudiaba sus movimientos y sabía dónde vivían (la mayoría de las mujeres fueron secuestradas a metros de sus casas). Se llevaba las bombachasLa fiscal explicó que el acusado las encaraba, les decía que tenía un arma de fuego, que no les iba a pasar nada si hacían caso, y les pedía que lo tomaran de la mano para simular que eran novios y así evadirse de la Policía que lo venía siguiendo por un robo.Luego las subía a la bicicleta y las llevaba hasta un descampado o a una casa deshabitada, que previamente había elegido, donde las violaba, destacó la acusación.También se explicó en el alegato fiscal que el violador luego de los ataques se despedía amablemente de las víctimas y se llevaba medias o bombachas. El Tribunal dio a conocer ayer sólo la parte resolutiva y el martes próximo brindará los fundamentos completos del fallo.





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