BEIRUT, Líbano (AFP-NA). El papa Benedicto XVI, que llegó ayer a Beirut en su primera visita a Líbano, rechazó el fundamentalismo y exhortó a la tolerancia en una región afectada por el sangriento conflicto en Siria, la emergencia del islamismo y los disturbios en varios países árabes.Esta visita, la segunda de Benedicto XVI a Oriente Medio -tras viajar a Tierra Santa en 2009- es uno de los viajes más delicados del Pontífice, de 85 años.El Papa apareció sonriente y emocionado al bajar de su avión, que aterrizó a las 13.40 locales en el aeropuerto internacional de Beirut, donde lo recibieron dirigentes libaneses, entre ellos el presidente de la República, Michel Suleimán -único cristiano jefe de un Estado árabe- así como numerosos dignatarios religiosos y diplomáticos.En un contexto de incesante violencia en Siria, Benedicto XVI exhortó a cesar la entrega de armas a este país, vecino de Líbano, donde los enfrentamientos entre Ejército y rebeldes han dejado 27.000 muertos, en su mayoría civiles.“Las importaciones de armas deben cesar de una vez por todas. Sin esas importaciones la guerra no podría continuar”, declaró el Papa a los periodistas en el avión que lo llevó a Beirut. “En lugar de importar armas, lo que es un grave pecado, convendría importar ideas de paz, de creatividad, de amor al prójimo”, afirmó.Dos días después de un ataque en Libia en el que murió el embajador de Estados Unidos y con un reguero de manifestaciones en el mundo árabe por una película estadounidense considerada insultante para el islam, el Papa se elevó contra el fundamentalismo. “El fundamentalismo es una falsificación de la religión” ya que “la tarea de la iglesia y de las religiones es purificarse”, comentó durante el vuelo.Por otro lado, el Sumo Pontífice aseguró haber visto en la “Primavera Árabe” “un deseo de más democracia, libertad, cooperación para una identidad árabe renovada”.“Este grito de libertad, que viene de una juventud mejor dotada culturalmente, profesionalmente, y que desea participar en la vida política y social, es una promesa, algo muy positivo”, afirmó Benedicto XVI.“Pero -añadió- sabemos que el grito de la libertad, tan importante, tan positivo, corre el riesgo de olvidar un aspecto fundamental de la libertad, la tolerancia hacia el otro. Debemos hacer todo para que el concepto de libertad vaya en la dirección apropiada”.A lo largo de la carretera hacia el aeropuerto beirutí, centenares de personas -entre ellas mujeres con chador y jóvenes en uniforme, afiliados al Hezbolá proiraní- se habían congregado para saludar al jefe de los católicos. Las campanas de las iglesias de todo el país doblaron en homenaje al Papa, que fue asimismo saludado por una salva de 21 cañonazos.Quince años después de la visita del muy popular Juan Pablo II, Benedicto XVI retomó la expresión de su predecesor al calificar de “mensaje” la coexistencia en líbano de numerosas comunidades, en torno a un 35% de cristianos y un 65 de musulmanes.“Feliz convivialidad libanesa, que demuestra al conjunto de Oriente Medio y al resto del mundo que en el interior de una nación puede existir la colaboración entre las diferentes iglesias (…), el diálogo religioso entre los cristianos y sus hermanos de otras religiones”.La visita del Papa coincidió con la muerte de un manifestante ayer en enfrentamientos en el norte de Líbano entre las fuerzas de seguridad e islamistas, que incendiaron un establecimiento de comida rápida estadounidense en protesta contra una película considerada denigrante con el islam .Benedicto XVI visitará por la tarde la Basílica San Pablo de Harissa, al norte de Beirut, donde firmará la “exhortación apostólica”, fruto del sínodo sobre Oriente Medio que el Pontífice había presidido en 2010.La visita se cerrará el domingo con una misa solemne en una explanada al aire libre en Beirut, donde están previstas 75.000 plazas sentadas. Decenas de miles de personas podrían además sumarse a la celebración.





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