PUERTO RICO. El escándalo por la sustracción de marihuana de la comisaría seccional Primera de este municipio y la detención de un oficial de la Policía de Misiones con 123 kilos de esa sustancia se cobró su primera víctima. Y lo que es peor, amenaza con arrastrar a otras.La Jefatura decidió ayer intervenir la dependencia policial donde estaba resguardada la droga y apartar del cargo a su titular, comisario Sergio Esquivel.En reemplazo de este fue designado el comisario inspector Miguel Salazar, quien hasta ayer prestaba funciones en la Unidad Regional II, con asiento en Oberá.Pese a la magnitud del episodio, la Jefatura de Policía o el Ministerio de Gobierno de la provincia aún no se dignaron a emitir un comunicado de prensa explicando las medidas que lleva adelante y sobre todo, si hay o podría haber otros implicados en la causa.El escándalo se desató el lunes, en horas de la madrugada, cuando una patrulla de Prefectura interceptó la marcha de un Fiat Palio blanco, conducido por un oficial ayudante de la Policía de Misiones, con 123 kilos de marihuana en su interior.En un principio trascendió la versión de que el uniformado y un cómplice, que logró evadir el accionar de los prefecturianos, fueron hasta la mismísima ribera del río Paraná en busca del estupefaciente.Sin embargo, la teoría comenzó a desvanecerse hasta desaparecer. Rápidamente la verdad saltó a la luz. Los 123 kilos de marihuana incautados eran parte de un cargamento de 4.200 kilos secuestrados en marzo pasado en jurisdicción de Ruiz de Montoya.Esas cuatro toneladas habían sido depositadas en la comisaría seccional Primera de Puerto Rico. De ahí comenzaron a robarla meses atrás, en forma fraccionada.Según un recuento efectuado por la propia Policía, hay un faltante de mil kilos aproximadamente.Fuentes policiales, más que judiciales, indicaron ayer que es inminente la detención de otros integrantes de la fuerza de seguridad provincial. Podrían ser del Comando Radioeléctrico, donde trabajaba el oficial arrestado el lunes, o de la comisaría Primera de Puerto Rico.Fuentes judiciales indicaron que el oficial se abstuvo de prestar declaración indagatoria.Su situación es más que comprometida y se agrava por su condición de policía.Está a disposición de la Justicia Federal de Eldorado, a cargo por subrogación legal del juez José Luis Casals.Para los investigadores de la Policía provincial, el o los uniformados sacaban la droga para comercializarla con narcos presumiblemente paraguayos.Se desconoce, al menos por el momento, cómo sacaban la marihuana de la dependencia policial, ubicada en pleno centro de Puerto Rico.La Jefatura volvió a cortar el hilo por el lado más fino. Desplazó de sus funciones al titular de la comisaría pero no hizo alusión a ningún sumario iniciado al jefe de la Unidad Regional IV, Roberto Aníbal Bernal.Sin dudas, la falta de contralor también alcanza a la cúpula de esa Unidad, por la cantidad de marihuana sustraída (hay un faltante de mil kilos, vale repetirlo), el tiempo que duró la maniobra y porque la comisaría funciona en el mismo predio que la UR IV.Como expresó un camarada de armas, que lógicamente pidió reserva de identidad: “Se robaron una tonelada de droga y nadie vio ni escuchó nada. Es una cosa de no creer. Si ocurre en otra provincia, se estaría hablando de la continuidad o no del mismísimo jefe de Policía”, señaló. El uniformado aprehendido proviene de una familia de policías y está casado con una policía. La Justicia se apresta a realizar un entrecruzamiento de llamadas o mensajes desde y hacia su celular, al menos las últimas 24 horas previas a su arresto.Tienen cifradas esperanzas de que esa pericia pueda aportar datos reveladores sobre la identidad de las personas con las que se contactó antes de abandonar la guardia en el Comando Radioeléctrico. HipótesisDos hipótesis giran en torno al destino que habría tenido la droga sustraída de la comisaría Primera de Puerto Rico.Una está más bien vinculada a las actuaciones sumariales que lleva adelante Asuntos Internos de la Policía de Misiones.Habla de que el o los policías involucrados sacaban la marihuana en forma fraccionada, para no despertar sospechas, y se la vendían a narcos paraguayos.La otra salió de los responsables del operativo e indica que no está determinado si el estupefaciente era vendido o destinado a montar otros procedimientos de incautación, lo que agravaría aún más la situación por la cadena de complicidades.





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