BUENOS AIRES (NA). El presidente de la Comisión Episcopal de Educación, Héctor Aguer, denunció ayer que la agrupación oficialista La Cámpora “intenta infiltrarse en las escuelas católicas” y deslizó que “se quiere preparar en los colegios electores para un determinado partido político”. Aguer, uno de los opositores más duros al Gobierno dentro de la estructura eclesiástica, sostuvo que “la agrupación política procura captar alumnos en actividades políticas para que luego ellos, dentro de la escuela, hagan propaganda”.El arzobispo de La Plata relacionó lo que él llamó “infiltraciones” con el proyecto presentado “por algún legislador que propone bajar la edad del derecho a votar, que en lugar de los 18 años podría ejercerse a los 16”.En su mensaje semanal por un canal de televisión, indicó que “algunos analistas piensan, asociando estos dos acontecimientos, que se quiere preparar en los colegios electores para un determinado partido político”.Aguer estimó que el accionar de La Cámpora en los colegios, que ya fue denunciado por la oposición, forma parte de “un escenario mucho más amplio, que se venía preparando cuidadosamente” y remarcó que “se hace desde hace tiempo a través de los diseños curriculares de algunas materias como Construcción de Ciudadanía o Política y Ciudadanía”.“Si uno lee, por ejemplo, los diseños curriculares de estas materias, propios de la provincia de Buenos Aires, advierte que la bibliografía es por completo unilateral. Se inspiran en Nietzsche, Horkheimer, Foucault, y Gramsci. No aparece ninguna cita de los grandes referentes de la tradición social y política argentina”, evaluó.Al respecto, planteó que “pareciera que la finalidad de estas materias es lograr que los niños y adolescentes de la Argentina de hoy se conviertan en pequeños teóricos críticos, empeñados en cambiar la sociedad según aquellos planteos ideológicos”. “Si da resultado este proyecto saldrán de nuestras escuelas pequeños teóricos críticos, pero semianalfabetos”, auguró el prelado, quien agregó que “no se puede ocultar el deterioro que se ha producido en la trasmisión de los saberes básicos que son leer, escribir y calcular”.Para Aguer, la Iglesia no necesita que “la agrupación aludida se entromete en las escuelas, porque el proyecto educativo católico incluye una dimensión muy importante de formación para la vida social”.




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