POSADAS. Desde este mes y luego de casi siete años de trámites para que la Municipalidad local apruebe el diseño ganador del concurso del centenario hecho en 2004, el barrio Miguel Lanús cuenta con una insignia oficial que lo identificará. El pasado 6 de agosto, con el voto unánime de sus integrantes, el Concejo Deliberante sancionó la ordenanza 3.064 que la establece y se espera que en ocasión de un nuevo aniversario de esa tradicional barriada del sur de la capital provincial, el 28 de octubre próximo, se concrete el acto donde se la imponga solemnemente.Tal lo señalado por la señora Gloria Torres de Novaresio, descendiente del fundador del barrio y una de las principales gestoras de la adopción del emblema. Explicó además que esa insignia oficial, que pretendían fuera el escudo del barrio, surgió de un concurso realizado hace siete años en ocasión del centenario del año en que su fundador Leopoldo Víctor Lanús realizó la compra de los terrenos que donó con destino a constituir el vecindario hoy conocido.El significado de la insigniaLa insignia seleccionada en aquella ocasión es un rectángulo vertical formada por una combinación de las letras M y L. En su interior, en la parte inferior de las letras, un campo de color azul representando al río Paraná que baña las costas del barrio y, más allá de la importancia que siempre tuvo para los pescadores, en las últimas décadas ha comenzado a ganar trascendencia con un centro de atracción y esparcimiento, aunque todavía de forma incipiente. Por sobre este sector, cruzando transversalmente ambas letras se observa una vía del tren que destaca el crucial papel que jugó para el vecindario el ferrocarril y que ahora se verá potenciado a partir de que la estación local se convierta en cabecera ferroviaria de Posadas. Esa simbolización se completa con pupitres y sillas que representan a la Universidad Nacional de Misiones, la que, desde su instalación a principio de los 90, ha significado un cambio profundo en la vida cotidiana del barrio, pese a que aún ésta sigue desarrollando sus tareas de espaldas al vecindario. Pero en el que incide primordialmente por la presencia de cientos de estudiantes y docentes que se radican en el lugar, dándole una actividad diferente al estilo pueblerino que siempre reinó allí.Ya fuera de las letras y la parte superior del emblema, se observa un sol reluciente que representa a la vida y al esfuerzo por prosperar de un lugar que hace tiempo dejó de ser Villa Lanús para ganar el derecho a llamarse por su nombre completo: Miguel Lanús. “Esa es la forma que nos gusta se nos llame, ya no estamos lejos del centro posadeño, en las afueras, sino que cada vez nos integramos más a la ciudad”, aclaró Novaresio.





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