POSADAS. La polémica por la aparición de las estampillas duplicadas llegó al seno de la Legislatura provincial. Ayer por la tarde, autoridades del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), encabezadas por su presidente, Luis Antonio Prietto, dos directores por el sector de la Industria (Andrés Van Domselaar y Raúl Ayala Torales), el síndico Emilio Juliá, la contadora Roxana Viale y el asesor legal Esteban Aquino, se presentaron a explicar lo ocurrido ante la Comisión de Desarrollo Forestal, Agropecuario y de Cooperativas, presidida por Waldemar Wolemberg. El organismo respondió así a un pedido de informes que habían hecho legisladores provinciales.El titular del instituto nacional explicó lo ocurrido, como ya lo hizo en su momento, calificándolo de “error humano que ya tomó instancias judiciales”.Se “tomaron los recaudos pertinentes del caso”, teniendo en cuenta que un hecho, de comprobarse como intencional, podría significar “un delito sumamente grave” porque representaría la evasión de impuestos no solo en la provincia, sino también en la Nación.“Fuimos alertados por la empresa Hreñuk, a través de una comunicación telefónica, de que han encontrado una caja que venía con una bovina con números duplicados. Lo hemos puesto a disposición del área de fiscalización que tiene el INYM, y hoy incluso el tema tomó la instancia judicial que corresponde”, explicó Prietto.Los puntos que fueron planteados por los legisladores a través de un pedido de informe al INYM fueron varios. El grupo de representantes del Instituto, antes de responder los requerimientos de los diputados, dejó en la mesa de entradas de la Legislatura un documento en el que aclaraba cuestiones apuntadas por los legisladores en su pedido de explicaciones.Ayala Torales, como un experimentado en los procedimientos de auditoría que realiza el ente semestralmente, también explicó lo ocurrido: “De acuerdo a lo que nosotros conocemos y nos ha explicado la empresa, la misma imprime de a ocho en una máquina por numeración correlativa. Hay una máquina que controla estampilla por estampilla, en ese control de rollo macizo se detecta un error de impresión. Se imprimió mal, el sistema de seguridad detecta un rollo mal impreso, el operario saca y ordena la impresión para reemplazar el nuevo”. Y aseguró: “Acá no hay ni hubo estampillas truchas. Son estampillas auténticas con duplicaciones de números pero fueron destruidas posteriormente por lo cual no se concretó ningún delito de enriquecimiento ilícito”.De todas maneras, los representantes del Instituto manifestaron que no existe método alguno para tener la certeza completa de que esta situación no volverá a ocurrir, y que podrá ser evitada por algún organismo específico de fiscalización.CuestionadosLas explicaciones vertidas por los representantes del instituto yerbatero fueron duramente cuestionadas por momentos por algunos legisladores, quienes insistieron en no estar “convencidos” con lo escuchado.Lo cierto es que en nombre de la Comisión, el presidente, ex intendente de Alem, tras poco más de dos horas de debate, agradeció la predisposición de los representantes del ente público-autárquico por aceptar la invitación y acudir a brindar las explicaciones que fueron pedidas a través de solicitudes escritas. La impresora que se vieneUn detalle que no se escapó en la oportunidad fue la manera en que se designa la empresa impresora. Ayala Torales explicó que la firma impresora ha sido y seguirá siendo asignada a través de concursos de licitación, así como fue con la primera y después con la actual, Ramón Chozas SA.Haciendo alusión a la posibilidad y anhelo de algunas personas de que la polémica “Casa de la Moneda” sea próximamente la encargada de realizar la impresión de estampillas, sostuvo: “Esta empresa no pudo y no podría ser de ninguna manera la encargada de imprimir por dos razones puntuales. Primero porque no cuenta con la máquina que realiza este proceso, e iban a tercerizar la impresión. Segundo porque ellos no permiten que realicemos la auditoría”.“Son razones más que suficientes para que no pueda llevar a cabo el proceso” dijo. “Se trata de una firma que en los últimos tiempos ha estado en boca de todos y esto es razón de sobra para que no pueda entrar en concurso, como sí lo podrá hacer cualquier otra empresa que se ajuste a las normas de fiscalizaciones con las que trabaja el organismo”.Prietto explicó que el contrato con Ramón Chozas fue de mil millones de estampillas y que ya se han superado las 750 mil impresas. “Lo cual significa que estemos a pasos de que se termine el contrato y así llamar a concurso nuevamente”.





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