POSADAS. Lejos de desistir en su mala fe, en un contexto que de alguna manera grafica su impunidad, esta organización redobló la apuesta y ahora se dedica también a falsificar las firmas de altos funcionarios de la Justicia Civil.Los mismos instructores detectaron varios casos, todos en oficios que autorizan la inscripción de títulos en el Registro de la Propiedad Inmueble.Por esta razón, ahora surgió la propuesta de que todos esos oficios sean remitidos al organismo estatal vía online, encriptados, para verificar que estén en orden.No obstante, una fuente del caso señaló a este diario que “ese tipo de maniobras continuará porque no hay forma de controlar todas las escrituras. Humanamente es imposible. Esto no terminará hasta que se sepa quiénes están detrás y terminen detenidos, al menos un par de días”, señaló.Atravesar por una pesadilla así, además de estrés, sufrimiento y dinero, significa, para el damnificado, pelear en dos frentes: por un lado, demandar al que falsificó los documentos. Por otro, aguantar un juicio por usurpación iniciado por el que compró la propiedad. La historia de tres inmuebles millonariosPRIMERA EDICIÓN accedió a cuatro casos de propiedades en litigio por este tipo de maniobras. Todas están ubicadas dentro o en la periferia de las cuatro avenidas (Corrientes, Mitre, Roque Sáenz Peña y Roque Pérez).En materia de valuación de mercado, cada una de ellas supera ampliamente el millón de pesos.Una de ellas se encuentra en inmediaciones de las calles Colón y Belgrano. Es una antigua propiedad perteneciente, al parecer, a una familia de Alem, que ahora lucha por recuperarla.Otra se encuentra en la avenida Roque Sáenz Peña, terreno en el que se levantó un edificio de tres plantas sin que la Justicia determine, en forma indubitable, quién es el dueño.El tercer caso se registró en calle Alvear, donde otrora funcionaba una playa de estacionamiento.Este espacio también está en litigio, según fuentes de la Justicia penal de Posadas.Son sólo tres casos producidos en el centro de la capital provincial. Es una problemática que afecta a todos, “porque a cualquiera puede suceder”, indicaron desde la Justicia.La misma especie indicó que se coordinan acciones entre la Justicia, el Registro de la Propiedad Inmueble y el Colegio Notarial. Hasta el Ifai cayóInsólito e indignante. Así puede calificarse al caso ocurrido en un terreno ubicado en avenida Tomás Guido. El hecho es más grave, porque detrás puede haber una defraudación al Estado.Los inescrupulosos hipotecaron la propiedad, ajena por supuesto, para acceder a un crédito del Instituto de Fomento Agroindustrial (Ifai), monto que ya cobraron, lógicamente.Lo que se desconoce es quién devolverá el dinero cuando la Justicia dictamine que los beneficiarios no eran dueños del inmueble.





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