COLONIA OASIS. (Sergio Alvez y Rodolfo Saldaña, enviados especiales). Mabel Golchmidt es promotora de salud. En absoluta soledad, tiene a su cargo la representación y asistencia de la salud pública para más de 2.500 personas, en Colonia Oasis, poblado rural distante a diez kilómetros del centro de Jardín América. Su responsabilidad abarca atender diariamente el puesto sanitario del paraje, hacer controles a la población, ejecutar todas las tareas administrativas del puesto, mantener la ordenanza y limpieza del mismo, acudir a controles y campañas por toda la colonia, y por supuesto, asistir emergencias de todo tipo. Se mueve por las picadas en una motocicleta de baja cilindrada -pagando el combustible de su bolsillo- y los pobladores sienten adoración hacia ella.En promedio, Mabel trabaja entre ocho y diez horas por días. Como a todos los demás promotores de salud del llamado “modelo de gestión de salud”, a Mabel el Ministerio de Salud Pública de Misiones no le paga un sueldo como trabajadores, sino una “beca” de apenas mil pesos por mes.PRIMERA EDICIÓN estuvo en Colonia Oasis, dialogando con Mabel, conociendo la historia, las necesidades y el presente de la salud pública en este pueblo.Levantado por los vecinosEn una de las largas picadas del paraje, se deja ver el puesto de salud de Colonia Oasis. Toda la infraestructura fue levantada íntegramente por los vecinos. “Esto se abrió por el trabajo de la gente de acá. Se hizo una campaña hace unos años, para que la colonia pudiera tener un centro de salud, ya que el hospital está a diez kilómetros. Después que se construyó con el esfuerzo de los vecinos, trajeron muebles y algunos equipamientos”, contó Mabel Golchmidt, quien además es pequeña productora de alimentos, y feriante en la Feria Franca de Jardín América.Único personalDesde la apertura del puesto, Mabel es la única persona a cargo. Ni siquiera hay enfermera. Un médico acude una vez por semana, pero todo lo demás recae sobre Mabel. “Se hace complicado, una termina dedicándole la vida a esto. En nuestro contrato dice que trabajamos cuatro horas pero acá cualquier vecino sabe bien que mi trabajo es de hasta diez horas por día a veces y más cuando hay emergencias”, precisó, sin quejarse, sino con el tono natural de quien cuenta su rutina.“Por suerte tengo la moto, porque son 2.500 personas en la colonia y yo soy la única responsable de la salud de la gente”, afirmó.“Sería bueno, y estamos pidiendo, que una enfermera pueda sumarse al menos para ayudarme, porque hay veces que no se da abasto, son demasiadas cosas. Existe una enfermera viviendo en Colonia Oasis pero está trabajando en el hospital de Jardín América, pedimos que trabaje en el puesto de salud para que se puedan hacer mejor las cosas”, agregó.La salud en la fronteraDe las 2.500 personas que viven en Colonia Oasis, un alto porcentaje proviene de Paraguay o Brasil. Es una región principalmente de chacras, aunque también hay barrios de viviendas precarias. Cuenta Mabel que “lo que más aparece como patología en la población es la hipertensión. Y en los niños las afecciones pulmonares, más cuando es tiempo de frío. Hay muchos embarazos adolescentes y accidentes que tienen que ver con el trabajo en las chacras. Es una zona especial la frontera, porque hay una migración constante y creo que en materia de salud pública falta mucho por hacer en zonas como éstas”.“Falta estímulo y másapoyo para esta zona”Más allá de su caso particular, Mabel observa que además “está faltando mucho apoyo para los colonos, para la gente que produce, acá no llega ningún programa, no hay asistencia para la gente. Mucha gente necesita sistema de riego, tiene arroyo o vertiente pero no tiene recursos para la bomba, las mangueras y lo demás. Hacen falta facilidades para la producción, más estímulo”.También recordó que “en 2006, por ejemplo, nos inscribimos unos colonos para el Plan Techo y todavía estamos esperando”. ¿Y el fondo estímulo del Plan Nacer?Hace un año y un mes que el puesto de salud de Colonia Oasis dejó de recibir – sin explicación mediante- los recursos monetarios del denominado “fondo estímulo” del Plan Nacer, que por indicación de Nación desde hace un par de años, distribuye entre los centros de atención primaria, una contribución económica mensual. “La última vez que pagaron el fondo del Plan Nacer para este puesto de salud fue en julio del año pasado. Al principio llegaban 300 ó 200 pesos por mes, después llegó a venir hasta apenas 16 pesos y hace un año no viene nada”, indicó a este diario la encargada del puesto sanitario de Colonia Oasis. Ayer, ante la consulta telefónica de PRIMERA EDICIÓN, el subsecretario de Salud, Germán Bezus, se comprometió a indagar los motivos por los que este centro de salud dejó de percibir el fondo estímulo. Según explicó el funcionario, el monto de este fondo es variable y depende del cumplimiento de una serie de objetivos por Caps. “No obstante, incluso cuando no se llegan a cumplir estos objetivos, los centros de salud reciben el 10% de su facturación. Por eso, déjenme interiorizarme sobre este caso particular para saber qué está sucediendo”, solicitó y prometió intervenir de inmediato en caso si hubiera un error. Explotación laboral encubiertaPor Sergio Alvez (*) El caso de la promotora de salud de Colonia Oasis, Mabel Golchmidt, es botón de muestra de una situación que se repite en toda la provincia, especialmente en colonias y parajes del ámbito rural.Trabaja diez horas por día. Atiende emergencias a toda hora, acudiendo en su moto a las picadas. Debe realizar tareas de enfermería, administración, limpieza y ordenanza del puesto de salud local. Cualquier asunto referido a la salud pública recae sobre sus espaldas. La población que debe atender, sola, es de 2.500 habitantes. Para los pobladores es una heroína. Para el Ministerio de Salud Pública de Misiones, no es una trabajadora formal. Es una “becaria” y cobra por su descomunal trabajo apenas mil pesos por mes. De ese jornal, debe gastar en el combustible que consume su moto, con la que recorre kilómetros y kilómetros para poder llegar a toda la población.En un marco de absoluta precarización laboral, las y los promotores de salud de Misiones – un millar de personas, en su mayoría mujeres – son mano de obra atrapada en un sistema de “becas&
;rdquo; que encubre claras situaciones de explotación laboral y abuso patronal por parte del Ministerio de Salud Pública de la Provincia, evidenciadas en la práctica, en casos como el de Mabel Golchmidt. (*) periodista de PRIMERA EDICIÓN.





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