CÓRDOBA. Aunque resulte insólito, en la provincia de Córdoba, el extraño comportamiento de un burro terminó siendo clave para resolver el crimen de un hombre y condenar a perpetua a los asesinos, entre los que se encontraba su esposa.El sorprendente caso ocurrió el 8 de noviembre de 2005 en la estancia San José, ubicada en la localidad cordobesa de San José de las Salinas. En ese lugar, según determinó la Justicia, Norma del Valle “Pequi” Avellaneda y su hermano José Luis mataron de un golpe en la cabeza a Ramón Cáceres, de 82 años. La condenada estaba casada en secreto con la víctima, quien le llevaba más de cuarenta años. Sin embargo, una vez que la descubrieron, los hijos del anciano le reclamaron que se divorcie y el accedió al pedido, ya que su esposa en realidad vivía en concubinato con otro hombre y sólo lo visitaba ocasionalmente. Ante la posibilidad de perder la fuente de sustento económico, los hermanos Avellaneda -ella de 41 años, él de 33- habrían planeado el crimen: Cáceres visitó a la mujer y, en medio de una relación sexual, recibió el golpe mortal. La prueba fundamental para esclarecer el hecho la aportó un testigo que, en la madrugada de los hechos, alertado por el rebuzno inusual de su burro, se asomó a la ventana de su casa para ver qué le ocurría al animal y vio pasar a la mujer en bicicleta.




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